LAS ATREVIDAS.../CAP3

 

CAPITULO  3 






Llevaba puesto un vestido color negro que la hacía lucir más provocativa de lo normal, lucía un pronunciado escote que dejaba ver su delicioso par de tetotas que a pesar de no ser exuberantes mantenían una firmeza porque si eran grandes más no exuberantes. Y  las hacía lucir perfectas, pero sin duda, lo ceñido y corto que era ese vestido y el par de altos tacones que hacían juego con el hacían que el premio como siempre se lo llevara ese riquísimo par de nalgas que tantas veces me ha hecho matarme a pajas al punto de correrme en cantidades descomunales mientras imagino que la tomo por la cintura y la embisto con furia desenfrenada sin descanso mientras ella grita y gime de placer.......







Eran las 8 en punto de la noche cuando llegué a casa y la verdad fue algo decepcionante y triste para mí ver tan poca asistencia.






Betty tenía previsto que llegaran alrededor de unas 30 o 40 personas y solo llegaron alrededor de 15, incluso mi hermana Fátima prefirió irse con su novio al cine o algo así.







Beatriz ya algo entrada en copas debido a que había comenzado a beber desde temprano en la tarde platicaba, bailaba y se reía con sus amigas mientras el resto de los asistentes en su mayoría varones se deleitaban con el espectáculo que ella nos brindaba cada vez que movía el enorme culo  al ritmo de la música que sonaba en la fiesta.






En cierto punto de la fiesta me acerqué a la mesa donde estaban sentados mis tíos que para variar hacían lo mismo de siempre, tomar fotos de Betty y hacer comentarios en torno a ellas.






-Como la están pasando?- Les pregunté al acercarme.






-De maravilla, viendo el culo de tu mamá- Me contestó Luis a tono de broma envalentonado por el efecto del alcohol, a lo cual Ernesto y Roberto reaccionaron con una carcajada.






-No lo dudo ni un momento- Respondí.






-Siempre hacen lo mismo y no logro comprender cómo pueden desear a su propia hermana - Una respuesta hipócrita de mi parte por qué en mi caso era aún peor ya que era mi madre y también la deseaba.






-Son cosas que aunque ya estás listo para saber, Betty no ha querido que sepas, ella tendrá sus razones pero cuando lo sepas todo va a cobrar mucho sentido para ti.






-Además tú caso es peor ¿crees que Beatriz no me ha contado todo lo que ha pasado entre ustedes o lo que has tratado de pedirle? Claro que me cuenta y créeme que tú caso es peor- Me dijo mientras yo carcomido por la vergüenza solo agachaba la mirada.






-Si Carlos!- Replicaron mis otros dos tíos mientras se reían a carcajadas.






-Bueno ya estuvo bueno! díganme porque es así la relación de ustedes ¿Cómo lo lograron? siempre me ha intrigado saber cómo es que tienen esa relación con ella.






-Aún recuerdo la última vez cuando te quedaste en mi cuarto y le pedías a mi mamá que follara contigo- Le dije a Ernes ya sin pudor por el calor de la plática que se había generado.






-También escuché que habías estado a punto de follartela pero que ella se había arrepentido y no te dejó continuar.







-JAJAJA ¿escuchaste todo? La verdad no recuerdo muy bien que es lo que platicamos esa noche ella y yo ya que estaba muy ebrio para serte sincero.






- Si! Y también vi todo- Contesté.






-Entonces creo que ya estás algo mayorcito como para darte cuenta de que Betty es una puta de pies a cabeza.





Que se expresara así de ella me molestó un poco pero me contuve ya que yo también la tenía en el mismo concepto y eso me provocaba sentimientos encontrados.






- Qué es lo que vio?- Pregunto mi tío Luis a Ernesto.






-La tradición de buenas noches, te acuerdas? Jajaja! Te acuerdas cuando la convenciste de darnos las buenas noches así todos los días?






-En serio aceptó esa noche? Quién lo imaginaria? Después de tantos años qué opción elegiste? que suertudo, daría mi riñón por volver a experimentar eso aunque sea una vez, pero si tenemos suerte hoy la convencemos de hacer lo mismo o algo mejor.






En este punto al calor de las copas después de escucharlos expresarse así de ella en lugar de molestarme me empezó a calentar de una manera increíble y comencé a escuchar las anécdotas que contaban sobre ella.






Me contaron que desde muy joven Beatriz ya contaba con un cuerpo exquisito que se acentuaba aún más con su corto y entallado uniforme escolar y que por esta razón más de un hombre en el barrio trató de conquistarla, incluso hubo una ocasión en la que un tipo no pudo resistir la tentación después de verla pasar por la acera de su casa cuando ella se dirigía a la escuela, uno de esos tantos días se aproximó a ella por sorpresa y la dirigió hacia un terreno baldío donde casi logra abusar de ella, de no ser porque una vecina del lugar se percató de los gritos y llegó en su auxilio el tipo hubiera logrado el objetivo.






-Todo este tipo de situaciones que comenzaron a pasarle desde muy joven la marcaron y la convirtieron en lo que es ahora ¿Me vas a negar que te has dado cuenta de que le encanta llamar la atención de todos los hombres?- Me comentó el tío Roberto mientras Ernes seguía contándome todas las anécdotas.






También me contaron que desde muy joven se ganó el mote de “la devoradora”, ya que la habían descubierto haciéndole una mamada a dos de sus compañeros en los baños de la escuela preparatoria.






Por lo cual había sido expulsada de esa y una institución más en la que la cual fue descubierta junto a otros tres compañeros en una situación igual que la anterior en un aula de dicha escuela.







Así comenzó la obsesión de ellos hacia su Betty. Aunque fuera su hermana, el hecho de que era tan poca la diferencia de edad entre los hermanos exceptuando a mi tía Victoria que era mucho menor que ellos cuatro, aunado de todas las experiencias que se comentaban alrededor de Beatriz entre vecinos y compañeros de escuela, fue que se encendió una chispa de erotismo en ellos que aún no podían apagar.







Mientras me contaban todas aquellas anécdotas no podía dejar de ver a Beatriz que se encontraba compartiendo con todos los demás invitados.







No paraba de imaginarla en todas aquellas situaciones que salían a montones de los recuerdos de mis tíos y que me relataban con mucha emoción al recordar lo excitantes que habían sido.






Como aquella donde me contaron que después de una fiesta cuando aún vivían juntos, terminaron tan ebrios que mientras regresaban a su casa casi la convencen de darle una mamada a los tres en el auto en el que viajaban, me dijeron que el hecho de que fuera un auto tan pequeño obligaba a que ella tuviera que ir sentada en las piernas de uno de los demás pasajeros, en esa ocasión el afortunado fue Luis, el cual aprovecho a la situación para comenzar a acariciar las piernas de Beatriz, acto seguido Roberto también comenzó a tocarla, Ernesto al ver la potencial situación se detuvo en un lugar tranquilo para participar en el manoseo.






Me comentó que en cierto momento no pudo soportar más y sacó su miembro para que Beatriz lo viera, Luis y Roberto replicaron la maniobra para dejar expuestos su miembros también y que Betty sintiera la misma tentación y deseo que la habían hecho ganarse el apodo de la devoradora, Beatriz vio aquellas vergas totalmente erguidas y sus ojos se iluminaron, paso su lengua por su labio inferior demostrando su antojo de carne y se aproximó a devorar la verga de Ernes el cual debido a su poca experiencia terminó por dejarle la boca llena de semen a los pocos segundos de que Betty había comenzado a chupar ese trozo de carne arruinando así las posibilidades de los otros dos ya que Beatriz a pesar de estar muy desinhibida por los tragos entró en razón al ver lo que había hecho y se negó a continuar.







Al ver la cara de decepción de sus hermanos al llegar a casa les propuso otro tipo de arreglo como compensación por dejarlos con las ganas, de ahí surgió la “tradición de buenas noches” que consistía en una petición especial para cada uno de ellos donde ella tenía que obedecer a cualquiera de las dos opciones que le presentaran siempre y cuando no desembocaran en sexo.






-Cuáles eran las opciones?-Pregunté.






A lo que me respondieron que la primera consistía en recibir un beso de buenas noches en el miembro cada noche antes de dormir.






O la segunda en la que podían pedirle que posara de manera sugestiva con ropa sexy en alguna posición en específico para que ellos pudieran masturbarse frente a ella, esta opción según me dijeron era la que más le pedían cada noche, aunque dicen que recibir aquel famoso beso también era riquísimo, no era una mamada, pero era mejor que nada.






El hecho de que habían crecido de manera muy humilde los obligaba a dormir a los 4 en la misma habitación, cosa que facilitaba todos los juegos sin que mis abuelos sospecharan algo, en fin, eran hermanos, qué de malo había en que durmieran en la misma habitación?






Comenzaron a relatarme aquellas deliciosas noches en las que elegían la segunda opción de dicho juego, por lo general le pedían que se pusiera en posición de perrito con el enorme culo apuntando hacia ellos.






Imagínense esa hermosa imagen en esa deliciosa situación, mientras se masturbaban ella movía las nalgotas carnosas de un lado a otro para facilitarles la eyaculación y que ellos gozarán aún más también emitía gemidos para que la experiencia fuera más placentera para ellos, incluso en ocasiones cuando ella también estaba muy cachonda les permitía tocarla para que se corrieran de una manera más intensa.







Otra de las posiciones que le pedían a menudo era que se pusiera de rodillas frente a ellos mientras abría la boca simulando esperar la descarga de leche para después tragarla.





Cosa que me aseguraron que desafortunadamente para ellos, jamás sucedió, pues tenían la regla de avisarle cuando iban a terminar para que ella pudiera quitarse inmediatamente y así no recibir los chorros de leche de sus hermanos.






Aunque entre risas me dijeron que en más de una ocasión no le avisaban y uno que otro chisguete fue a parar su carita hermosa cosa que le según ella le “molestaba” pero que nunca le impidió seguir con el juego, o sea era puta y le gustaba jugar, pero jamás lograron convencerla de hacer nada más, tenía sus límites y ellos tenían que respetarlos.





Estaba anonadado y extremadamente cachondo en este punto de la plática, tan solo de imaginar que yo pudiera estar en la misma situación con ella me tenía a punto de correrme sin siquiera haberme tocado el miembro.





Otra de las anécdotas que me platicaron fue cuando cambió su mote de “la devoradora” a “la putilla internacional” sobrenombre que yo ya había escuchado en una ocasión mientras estábamos en una reunión familiar en la que una prima de mi madre con la que tiene una relación muy cercana y de confianza la llamo así, “la putilla internacional” a lo que mi madre replicó soltando una carcajada





-¡No señorita! seré la putilla pero de Torreón, lo de internacional ya pasó- mientras soltaba una carcajada.





Cosa que no comprendí hasta que me contaron que cuando cumplió 18 años se fue a pasar las vacaciones de primavera a USA con su tía que vivía en Chicago, en esa casa vivían su tía y sus dos primos ya veinteañeros, que no desperdiciaron la oportunidad y se dieron gusto con su cuerpo a diestra y siniestra durante toda su estancia ahí, cada vez que surgía la oportunidad de estar solos en casa aprovechaban para follarsela ambos al mismo tiempo.





Así fue como la mencionada tía encontró a Beatriz en su ya tan tradicional y favorita posición a cuatro patas recibiendo las embestidas furiosas por parte de uno de los primos mientras al mismo tiempo devoraba la verga del otro primo con una sincronía casi profesional.





Así que no le quedó de otra más que regresar a México con la reprimenda de su tía y de mis abuelos por haber sucumbido ante las intenciones de sus dos primos.





Inmediatamente después de ese acontecimiento conoció a mi padre de entonces 23 años y el resultado fue un embarazo donde el producto fui yo y por consiguiente una boda.





Así terminaron las aventuras de mis tíos con Beatriz cosa que los dejó muy dolidos por así decirlo ya que nunca lograron su objetivo con mi madre.





La fiesta siguió su curso y pasada la media noche la única amiga de Betty que quedaba en la casa decidió marcharse.





Me dispuse a acompañarla a su auto y cuando regresé estaba Betty sentada en las piernas de Ernesto rodeada por los otros dos que acariciaban sus piernas mientras reían y platicaban.





Me percaté de que mi hermana no había llegado a la casa y supuse que como era costumbre pasaría la noche follando en algún motel con su novio.





Darme cuenta de la situación género en mí una descarga de adrenalina inmensa que no podía controlar al punto que comencé a temblar, sentí la misma sensación de miedo y emoción que sentí la primera vez que follé con una chica.





Estaba todo puesto a la perfección y Betty estaba puesta en bandeja de plata, ya muy pasada de copas adoptó una actitud de puta que no se pueden imaginar.





Y también estábamos nosotros; cuatro varones con un instinto casi animal dispuestos a obtener lo que queríamos a cómo de lugar.





Me acerqué a ellos y voltearon a verme con una cara que jamás olvidaré, pude ver en su mirada que tenían la misma idea enfermiza que yo, pero no me importó, estábamos todos en sintonía y juntos íbamos a lograr cumplir nuestra más grande fantasía.





Me acerqué por detrás de mi madre mientras ella seguía sentada en la piernas de mi tío y tapé sus ojos con mis manos, replicando el mismo truco que había utilizado Ernes en aquella fiesta; a lo que Beatriz reaccionó dando unos pequeños saltos en la piernas de mi tío que supongo lo llevaron a la gloria por la expresión que se dibujó en su cara.





-Quién soy?-Le dije. Mientras tapaba sus ojos, Roberto comenzó a acariciar la pierna de Beatriz subiendo lentamente hasta llegar a su entrepierna a lo que ella reaccionó dando un pequeño manotazo juguetón.





-Suéltame tonto!- Exclamó Beatriz al mismo tiempo que le daba el manotazo a Roberto. El tono en que lo dijo, con esa voz de niña mimada que tanto me excitaba confirmó que ella también había entrado al juego.





-Quién soy?- Pregunté de nuevo.





-Ay no sé! Estoy sentada en Ernesto, Luis y Roberto están enfrente de mí, creo que no queda nadie más. Déjame ver, mmmmm ¿quién será?- Dijo mientras llevaba su mano derecha hacia atrás para alcanzar mi miembro y así poder adivinar quién era quien le tapaba los ojos. Me sentí en la gloria cuando su mano llegó hasta mi paquete y comenzó a palpar de arriba abajo suavemente apretando y acariciando mi verga totalmente erecta y a punto de estallar.





-No se quien eres! ¡Ya dime tonto!





-Soy yo Bety!- Le dije mientras quitaba mis manos de sus ojos.





-Carlos! ¡Ehmmm! ¿Por qué no me dijeron idiotas?- Dijo mientras se le escapaba una risa nerviosa al ver que era el miembro de su hijo el que acababa de palpar.





-Tengo que ir al baño- Se paró y se dio la media vuelta para dirigirse a la planta alta.





Nos quedamos los cuatro viéndonos mutuamente como esperando a que alguien organizara el primer paso de la estrategia de nuestro plan. Pero todos parecíamos tener un poco de duda al respecto. Hasta que tuve el valor y lo dije.





-¿Vamos a hacer lo que pienso?





-¡No lo sé! ¿Qué estás pensando?





-Ustedes saben de qué hablo- Conteste con tono molesto.





-Nosotros estamos seguros de lo que haremos hoy desde hace un par de horas, pero estábamos pensando qué tal vez tú tendrías algún inconveniente, si no lo tiene y quieres ser partícipe no hay marcha atrás- Contestó Ernesto muy decidió.





Comenzamos a discutir qué haríamos y cómo lo haríamos. Concluimos que deberíamos darle más alcohol a Betty para que fuera un poco más desinhibida, ya que al darse cuenta que yo también estaba excitado con ella había reaccionado de manera un tanto negativa.





También concordamos en que deberíamos refrescarle un poco la memoria en cuanto a las experiencias que me habían contado mis tíos para que sintiera el deseo de replicarlas una vez más.





Por último Luis sugirió que usáramos la reciente experiencia del divorcio para que Betty se sintiera con la necesidad de una venganza hacia mi padre. Todos estuvimos de acuerdo y pusimos en marcha el plan.





Beatriz bajó 20 minutos después y para nuestra sorpresa estaba recién duchada y con un vestido exactamente igual al que tenía puesto pero en un color rojo que la hacía lucir aún más deseable que la prenda anterior.





-Disculpen que me haya demorado tanto, me sentía un poco mareada y acalorada y decidí tomar una ducha, creo que el alcohol me estaba empezando a afectar.




-No te preocupes Beatriz- Contestó Luis- En ese caso, ya que te sientes mejor, ten! Otro tequilita.




-No! Ya no quiero beber más.




Me acerque por detrás de ella la tomé por las caderas, coloqué estratégicamente mi miembro entre sus gordas nalgas y comencé a empujarla en dirección a Luis.





-Vamos mamá! Brindemos juntos, no todos los días se festejan 39 años- Le dije siguiendo la estrategia acordada.





-Tienes razón, solo porque tú me lo pides brindemos- Mientras se tomaba el trago de tequila nosotros simulamos tomarlo y así continuamos hasta que una hora después, 6 tragos de tequila y unas cuantas cervezas la tuvimos en la condición que queríamos.





Seguimos conversando mientras Ernesto la convenció de bailar un poco para nosotros, formamos un círculo con sillas y ella no dudo en pasar al centro para deleitarnos con sus ricos movimientos al compás de la música, mientras nos deleitaba con sus movimientos Ernesto extendió su mano y levantó parte del vestido de mi madre dejando expuesto ese carnoso culote que devoraba una exquisita tanga negra que lucía maravillosa en ella, acción a la que Beatriz reaccionó riéndose y bajando su vestido para continuar deleitándonos con su sensual danza, una vez más Enrique extendió su brazo para levantar el vestido de Betty.





luego de este movimiento Beatriz no dudó en comenzar a hacer un lap-dance a cada uno de los que disfrutábamos el espectáculo comenzado por Ernesto que fue el que encendió la llama, así sin arrepentimiento alguno comenzó a restregar su celestial par de nalgas en la pelvis de Ernesto, al terminar con él se dispuso a menearse en el regazo de Luis y luego de Roberto.





Mientras, yo esperaba con ansias mi turno de sentir ese culisimo gordo restregarse en mi verga que ya desde hacía un par de horas se encontraba completamente erecta.





Beatriz dejó de bailar sobre Roberto pero en lugar de dirigirse a hacia mí para darme mi baile, se dirigió hacia la barra de bebidas para servirse otro trago.





-Qué pasó con el baile de Carlos?- Le preguntó Ernesto.





-Claro que no! Qué te pasa?- Como les comenté, era puta pero tenía sus límites y no podíamos forzarla, lo único que podíamos hacer era seguir con lo acordado hasta lograr el objetivo.





Se dirigió hacia la estancia donde estábamos sentados y comenzamos a platicar.





-Oye Betty, te ves riquísima con ese vestido- Dijo uno de mis tíos. En este punto creo que ya no es importante quien dijo que cosa.





-Gracias! Les gusta cómo me veo?




-Sí, te ves preciosa, luces idéntica a cuando usabas tu uniforme escolar ¿Te acuerdas “devoradora”?




-Jajajaja, Cállate! No me recuerdes eso, además aquí está Carlos, mejor no hablemos de eso.




-Devoradora?- Le pregunté cómo si no supiera a qué se referían.




-Nada olvídalo.




-Cuéntale, ya es un adulto, no creo que se moleste por cosas que pasaron hace años.




-Que no! Jajajaja entiendan por favor.




-Cuéntame- Insistí.




-Vamos, cuéntale!




-Bueno está bien, pero promete no juzgarme o reírte, ok? Cuando tenía un cuerpo muy bonito, no como ahora, no quiero sonar presumida pero tenía una cintura diminuta, hermosas piernas y unas nalgas preciosas y grandes, tus tíos no me dejaran mentir.





-Aún las tienes............! - La interrumpí.




CONTINUA 

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