TIA DEMASIADO MALA/CAP5

 

CAPÍTULO  5 








-        Primero debería mandar un e-mail, Paloma, nada, 10 minutos entre mandar el e-mail y cambiarme. Es para retrasar mi parte del trabajo que te dije ayer, que tenía que hacer para el lunes, puedo hacerlo mañana por la tarde.






Contesto el chico imberbe temeroso por si contrariaba a su espectacular amante, y esta no quería tener más sexo con ella.






-        Tranquilo, nene, ves a escribir ese e-mail, relájate tenemos tiempo para ir al parque….... ja! muuuuaccc.






Le contesto dulcemente Paloma, dándole un amoroso y sonoro beso en los labios. Y muy confiada.





-        Vale, no tardare nada.





Contesto Alberto, con los ojos iluminados.





-        Tomate tu tiempo, cariño, yo recogeré esto y tomare algo de fresco en el balcón.





Paloma recogió el desayuno y se dirigió al balcón de la galería interior a tomar algo de fresco. Llevaba sus babuchas de angorina rosas, que dejaban a la vista sus preciosos talones.






Se apoyó en la baranda del balcón de enrejada baranda, con sus brazos por delante apretando involuntariamente sus enormes globazos, pedazo de tetorras, haciéndolos resaltar entre el escote redondeado de su camiseta de tirantes. Se colocó la preciosa coleta de su melena rubio beige hacía delante de forma muy sexy, y miro hacia la izquierda.






Allí enfrente contemplándola en su pijama de short rosa de tela ajustado a su enorme, redondo y perfecto culazo sin rastros de celulitis y ni de piel de naranja, con los enormes pezones de sus tetazas inmensas marcados en la fina camiseta blanca de tirantes, estaba don Ramón babeando con la boca abierta ante su esplendorosa presencia allí enfrente.






-        Hola don Ramón, Cómo lleva la mañana?






Pregunto con su voz dulce y femenina, sonriendo al vecino despreocupadamente como si tal cosa.





Don Ramón era un vecino calvo, con gafas y papada de unos cincuenta y muchos años, y un escaso metro setenta de altura, algo fondón. Estaba casado con doña Margarita, una mujer de la misma edad, pecho plano, peinados rancios con medias melenas rizadas, y teñidas de rojos chillones, paticorta, con gafas y más bien feílla.






Desde el primer momento en que Carlos y Paloma aparecieron por el edificio, pudieron comprobar la grata impresión que Paloma causaba en don Ramón, como en todos los machos sanos con los que se cruzaban.






Don Ramón se revolvía incomodo, con ojos de cordero degollado y sonrisas nerviosas, acompañadas de respuestas sin demasiada atención, y cuando Paloma no lo miraba directamente, por el rabillo del ojo podía contemplar el hambre de ella, que tenía el cincuentón.






Carlos también se daba cuenta de todo y no le hacía ninguna gracia, la forma en la que aquel cincuentón devoraba a su mujer con los ojos, siempre que se encontraban.






Pero quién de verdad estaba molesta con aquella vecindad y no dudaba en manifestarlo y ponerse de lo más estúpida y repelente era doña Margarita. Poniéndole siempre cara de culo a Paloma, allí donde se la encontrase y poniéndose totalmente desagradable con ella sin venir a cuento.






Pero a Paloma le encantaba desde siempre ser una calienta pollas. Excitar a los hombres le encendía la libido y la ponía a cien. Sabía que con su voluptuoso cuerpo podía dominar a quien sea.






Además, había visto que a pesar de las sonoras broncas que le echaba su mujer, por la manera en que la miraba y deseaba. El cincuentón la espiaba desde su casa con unos prismáticos, cuando ella se movía con su ropa cómoda por el salón de su casa, desde un cuarto que el maduro gastaba en forma de despacho para sus hobbies, como ella lo había descubierto un par de veces que había sido indiscreto a través de las cortinillas de su despachito, el viejo había ideado una especie de periscopio camuflado,  del que podía dirigir los cristales para tener una mejor visión de Paloma, cuando esta estaba en las baldosas cercanas al ventanal interior. Paloma se había dado cuenta enseguida, pero se había hecho la loca, sonriendo para su interior.






Por supuesto no le había dicho nada a Carlos, se podría montar la de Dios. Pero lo que si hacía era pasearse cerca del ventanal con sus mallas y leggings ajustadísimos, como una segunda piel para cada una de sus nalgas grandes perfectas y respingonas! TAN FIRMES Y GRUESAS!











Con sus tops divinos con sus tetas enfundadas en sus enormes y maravillosos wonderbras, o sus camisetas de tirantes de generosos escotes, batallando para guardar esos descomunales pechos. para deleitar al cincuentón. Era todo un espectáculo. era imposible ocultar esas mega tetazas!













Así que allí estaba el calvorota, contemplándola como ella sabía que Carlos nunca la dejaría salir al balcón, estaba al borde el éxtasis.





-        Si, si, Paloma, ¡Buenos, buenos, muy buenos días!





Respondió el cincuentón bobaliconamente. viendo una hembra tan espectacular, unica con su voluminoso cuerpo! grande, pontente!












-        Parece que hace un buen día habrá que salir a disfrutarlo, no?






Contesto Paloma con voz dulce y sexy, sin dejar de sonreír sensualmente al hombre que la contemplaba sudoroso deleitándose.





-        Ramooooón tira para dentroooo!






Se oyó en un estallido, la voz chillona de doña Margarita. De esas señoras estrenadas con la vida.





Una expresión de pánico se apodero del rostro del cincuentón.





-        Voy, voy, voy Margarita......!





Respondió el calvorota apresurándose a entrar.





Presentándose en el balcón ante Paloma, la vecina, Margarita.





-        Buenos días doña Margarita.





Saludo con su voz dulce y una preciosa sonrisa Paloma.





-        Menos buenos, querida y más ropita no...!? Que no hace aún tan buen tiempo, para ir exhibiéndose así ante el vecindario, Como una.... fresca cualquiera!





Contesto amargada y ofensiva la cincuentona fea.





-        Perdone????? Me está llamando fresca............!???





Respondió molesta y cabreada Paloma, frunciendo las cejas.





-        Pues a ver que te voy a decir bonita!!!! Presentándote así, de esta manera en el balcón ante todos los vecinos, el siguiente paso es salir desnuda! Demasiado moderna eres tú.....! me parece.





Contesto autoritaria la fea amargada.





-        Me va usted a decir, como debo vestirme en mi propia casa, desgraciada y vieja amargada!!!!





Contesto altanera y brava Paloma subiendo la voz.





-        Vamos Margarita entra en casa y no montemos un número.





Suplicaba por detrás don Ramón.





-        Tú en tu casa te puedes vestir como te salga del coño, bonita, pero esto es el balcón de la galería de los vecinos, no un escaparate de barrio rojo! y vieja lo será tu madre.





Replico la vieja agresivamente.





-        Vieja y amargada, plana como el sueño de un carpintero y con el aspecto de un loro. Usted doña Margarita en un barrio rojo, solo serviría para que la gente vomitase ante su contemplación. Y me marcho, porque no quiero montar un escándalo!. Que le den!





Contesto Paloma fuera de sí, cabreadísima. Cerrando de un golpe la puerta del balcón de la galería.





-        Putón, que eres un putón verbenero, eso es lo que tú eres...........!





Replicaba doña Margarita histérica, mientras don Ramón tirando de un brazo la metía en la casa, rogándole.





-        Vamos, Margarita vamos….no des el espectáculo, por favor!






Paloma se apoyó en la puerta cerrada por dentro y respiro hondo, intentando calmarse, la vieja fea de mierda, pues no la había tratado de puta.






Respiraba más profundamente mientras podía distinguir claramente, como la mujer le echaba un puro enorme a su marido, echándole la culpa de todo. Para a continuación decirle, que se iba a casa de su madre y que volvería en un rato, que esperaba encontrarse la casa como los chorros del oro, su compensación por sus actividades mujeriegas con la puta de la vecina, dijo tras lo que se oyó un portazo.






Paloma observo entre el visillo del ventanal del salón como, la cincuentona salía con ademán violento y enfadado de su casa y cogía el ascensor.






Corrió el visillo hasta los extremos y por el rabillo del ojo, observo como los cristales del periscopio del despachito de don Ramón se movían.





-        Madre mía, que ha sido todo ese jaleo!!!





Dijo Alberto sorprendido al entrar en el salón.





Una idea maliciosa y excitante atravesó la mente Paloma. Tal vez por la discusión y por la excitación contenida desde el despertar, Paloma estaba ardiendo, y notaba su raja empapada.






Se acercó a Alberto, poniendo morritos, y al tiempo que le besaba, le acaricio la entrepierna con su sus finos y delicados dedos........





-        Ya no aguanto más nene, necesito sentir tu enorme polla dentro de mí. Ahora mismo.......! Ya!





Le susurro Paloma al oído a Alberto con voz de perra lasciva, mientras le lanzaba un vicioso lengüetazo debajo de la oreja, sin dejar de frotar el enorme rabo de Alberto, que empezaba a tomar forma, mientras el chico, cerraba los ojos y empezaba a suspirar de placer......





-        Siiii, si, si… quiero follarteeee…. siiii!!!





Respondió el chico jadeante. Ya con la cabeza caliente.





-        Desnúdate y ven a sentarte en el sillón junto al ventanal, quiero darte un buen espectáculo y ver como crecer tu enorme y maravillosa verga, sobrino mío!






El chico se desnudó como un rayo, sin dejar de jadear ansioso, y con su polla balanceándose como una gruesa cola, se sentó en el sillón frente a Paloma, a la cual no le había quitado la vista de encima en ningún momento y que le sonreía llena de lujuria, como una loba ante su presa.






El chico se acomodó, agarrando su enorme y gruesa polla con su mano derecha y empezando a pajearse lentamente arriba y abajo. Sin dejar de verla.






Paloma miro por el rabillo del ojo y comprobó el reflejo de los cristales del periscopio, desde el despachito de don Ramón.






Así que, con las cortinillas medio corridas, de forma que no se viera a Alberto, pero que Paloma quedase en primer plano, apoyo su Smartphone, poniendo un álbum de jazz sensual y moderno, se deshizo de sus babuchas rosas, y descalza comenzó a bailar lenta y sensualmente, dejando que la música fluyese en su cabeza y aumentase su calentura, moviendo la inmensa esfera perfecta de su culo, culote!, firme y suave, balanceando sus anchas caderas sobre su estrecha cintura de avispa. Al tiempo que subía sus sexys y delicadas manos y cogía sus enormes globazos, como si los sopesase y los ofreciese al adolescente de enorme tranca.






Se contoneaba subiendo y bajando todo su cuerpo, alzaba sus preciosas y finas piernas, se acariciaba sensualmente sus suaves y sedosos muslos turgentes y perfectos, y se palmeaba con la mano abierta lascivamente las nalgas, dando su mejor plano al ventanal, mientras Alberto, embobado no dejaba de pajearse lentamente ante la contemplación de su diosa bailando para él solo.






Paloma se soltó de forma muy sexy y desafiante la coleta, moviendo la cabeza de forma sensual, para acomodarse la melena sin dejar de bailar lenta y lujuriosamente, los reflejos enloquecidos del periscopio de don Ramón bailaban en el rabillo de su ojo!.






Entonces empezó a jugar con su camiseta de tirantes, dejando caer, primero un tirante, luego otro y volviéndoselos a subir, lentamente excitando al adolescente y seguramente al cincuentón calvorota también.






Al final se dejó los tirantes caídos por debajo de sus brazos y tomando la camiseta desde los extremos inferiores, se la saco por arriba muy lentamente, dejando aparecer a cámara lenta, sus enormes, esféricas y turgentes mamazas, erectas y firmes, en su enormidad desafiando a la gravedad y desbordándose por el costado en forma de gota de lluvia. Para deleite de Alberto y de los ojos que la contemplaban por el periscopio.






Después sin dejar de bailar como una stripper tomándolas desde abajo, abriendo su mano en forma de garra, empezó a apretarlas, como si quisiera amasarlas ofreciendo un plano frontal de al menos 10 segundos al exterior desde el ventanal, apretando y estirando sus inmensos y apetitosos pezones.






Después volvió a mirar hacia Alberto y empezó a bajarse el short rosa, de forma muy lenta y sexy, sin dejar de bailar, subiendo y bajando su cuerpo, manteniendo todo su plano lateral hacia el ventanal y el periscopio de don Ramón, agitando sus tetazas arriba y abajo, enloqueciendo con ello al chico que no dejaba de jadear y que había dejado de masturbarse, con su enorme y grueso pollón casi del tamaño del antebrazo de un hombre, erecto palpitando ante la escena de aquella diosa del sexo, que bailaba y se desnudaba ante él. Morbo de ver a su tía menearse así, era otro nivel.






Paloma se sacó el short, que estaba empapado en sus fluidos, y lo arrojo contra el ventanal, para a continuación alzar su pierna y lanzarse un palmetazo en su enorme y marmoleo culazo a mano abierta, al tiempo que se mordía el labio inferior.






Paloma, controlando el espacio para que no quedase al descubierto el rostro de Alberto a través del ventanal, se acercó al muchacho sonriendo e indicándole que acercase el sillón, señalándole donde debía parar y mirando de refilón, para asegurarse de que el periscopio de don Ramón tenía un magnifico primer plano, de la polla de Alberto.






Su raja goteaba de lo caliente, que estaba, lanzo una de sus miradas de zorra lasciva al pollón, y se arrodillo ante él como si quisiera adorarlo.






Lo tomo con sus preciosos y finos dedos de la mano derecha y empezó a lanzarle lengüetazos por todo el tronco hasta alcanzar su glande, donde se concentraba jugueteando con su lengua y lanzándole lengüetazos cortos e intensos. sus labios carnosos abrazando, mordiendo.... su cabeza! 











-        Aaaaaahhhhhh….. oooooohhhhh……Diioooooosss…. es un........... sueñoooooo.....! Am.......!





Se retorcía de placer el sobrino, cerrando los ojos y tirando la cabeza hacía atrás, aferrándose a los brazos del sillón.






Paloma se acomodó sexy y sensualmente su preciosa y sedosa melena rubia beige tras sus orejitas y abriendo su boca al máximo, se tragó la punta de pollón de Alberto, ajustando sus labios y bombeando adelante y atrás, atrás y adelante sobre el pollón del chico, mientras con su mano libre se masajeaba el clítoris lentamente, notando el ardor de su raja. Era una calienta pollas experta.






-        Ooooooouuuuuuhhhhhhhhhhhhh! Si.....! Uf............!






Aullaba de placer el sobrino, que instintivamente tomo la cabeza de Paloma entre las manos y empezó a bombear en su boca, intentando meterle su enorme trancaza provocando, numerosas y paulatinas arcadas en la mujer.






A Paloma le encantaba sentir su boca llena hasta la arcada de la tranca del chico, pero a pesar de ello, separo las manos del chico de su cabeza, dulce pero decididamente, saco el pollazo del chico de su boca, lanzándole unos últimos lengüetazos al glande y se puso de pie, juntando las piernas al adolescente  y colocándose entre ellas, cogió con ambas manos la gruesa verga de Alberto y la coloco entre sus labios vaginales, como si fuese el lomo de un caballo que fuera a cabalgar, y sosteniéndola así, empezó a balancearse adelante y atrás, atrás y adelante, frotando brutalmente su clítoris contra aquella inerte y ardiente estaca. Parecía que estaba limpiando la verga con sus labios vaginales.













Mientras el chico con las manos en garra amasaba sus suaves, firmes y perfectas nalgotas. Estaba sintiendo un placer a otro nivel, y eso que ni si quiera la estaba penetrando.






-        Oooooooohhhh, esta pollaa me vuelve locaaaaaa, es, es, es, aaahhhhh, lo mejor que me ha pasado...! Anda sobri..... así!







Relinchaba de placer Paloma, cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás, sintiendo arder y palpitar su clítoris, como nunca antes lo había hecho.






-        ¡¡¡Aaaaaahhhhh, siiiiiiii, eres mi diooooosaaaaa del sexoooooooooo!!!!





Jadeaba de placer el chico.





-        ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaahhhh, tu polllllaaaaaaa, solo tu pollaaaaaaa, es miaaaaaaaa, aaaaaaaahhhh!






Gritaba histérica de placer Paloma, agitando todo su cuerpo adelante y atrás, atrás y adelante, frotándose sobre el pollón del chico, balanceando salvajemente sus enormes tetazas turgentes arriba y abajo, abajo y arriba, dando un espectáculo bestialmente lujurioso a los ojos que la examinaban desde el periscopio, a la vez que se acomodaba su preciosa melena rubia beige, moviendo su cabeza al compás de la cabalgada, dándole al periscopio de don Ramón una completa escena sexual inolvidable. Durante al menos cuatro inmensos minutos de placer más.






-        ¡¡¡Oh, oh, oh, oh, neneeeeeee, ooooooooohhhh!





Empezó a jadear y a tensarse de placer Paloma, estirando su firme vientre y todo su cuerpo, y lanzando ráfagas reiteradas de corrida clitoriana, que salía como una fuente de su raja, y bañaba el pecho del adolescente, en  un primer plano perfecto para el ventanal, mientras el chico, le mordía lujuriosamente el hombro y le amasaba las tetazas en forma de garra desde abajo, justo antes de que Paloma, extasiada se enredase con él en un apasionado beso francés.






-        ¡¡¡¡Huuuuummmm…..eres lo mejor que me ha pasado, cariño, muuuaaacc!





Dijo Paloma sin dejar de morrearse con Alberto, al tiempo que podía leer en sus ojos su necesidad y su lujuria insatisfecha.






-        No te muevas nene, que lo voy a hacer yo todo… cariño, te lo has más que ganado..... mi sobri.....! Aghh.....!





CONTINÚA 





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