MADRASTRA VOLUPTUOSA/CAP5

 

CAPÍTULO  5






Se recogió el pelo en un moño sujetándoselo con un palito, se puso un batín negro, se calzo dos cuñas y poniéndose sus grandes gafas de sol se dirigió a la terraza con el aceite bronceador, enfundada en su espectacular bikini transparente color naranja.





Abrió la puerta de la terraza y paso sobre sus cuñas, lentamente dejando el aceite bronceador junto a una de las hamacas expuestas al sol junto a la piscina, alzo la vista como mirando al horizonte a través de las gafas de sol.





Pudo ver a los dos chicos como un borrón a lo lejos tumbados bajo el toldo y preparados, los destellos de los lentes de los prismáticos delataban su posición y que estaban enfocando hacia ella.






Yolanda con mucha parsimonia se desanudo el batín negro satén, abriendo primero un lado y luego el otro, descubriendo su despampanante cuerpo solo cubierto por el minúsculo bikini transparente de color naranja, solo un triángulo en la parte de abajo cubría su pubis y a través de él se podía ver claramente la oscuridad del triángulo de su depilado brasileño.






Arriba un escaso triangulo en cada lado sostenían sus enormes chichotas naturales de redondez y turgencia perfecta e imposible de talla de copa E, que se desparramaban en una perfecta gota de lluvia hacia los lados erguidas en su inmensidad desafiando la gravedad, su pezón extraordinariamente grande se clavaba en la  tela pareciendo que iba a agujerearla.











Yolanda dejo el batín en la hamaca junto a la que iba a tumbarse y donde ya estaba el aceite bronceador, echo la vista al frente, y andando con mucha clase y decidida como si estuviese desfilando en una pasarela de modelos, bajo las escaleras y moviéndose de forma decidida, empezó a andar rodeando la piscina, primero un pie luego el otro, con energía pero con clase, sus enormes e inmensos melones se balanceaban arriba y abajo, abajo y arriba, con los enormes pezones erguidos y erectos como dos puntas de lanza apuntando hacia delante.






Cuando dio la vuelta a la piscina su enorme y perfecto culazo ocupo toda la escena de la vista de los chicos, aquel bikini tanga de hilo, sus turgentes y perfectos glúteos redondos subiendo y bajando, bajando y subiendo, a cada paso, sus muslos agitándose fibrosos y prietos, que espectáculo bestial para los dos chicos aquel divino y voluptuoso cuerpo moreno exhibiéndose para ellos.







Yolanda llego hasta las hamacas tomo el aceite bronceador y se lo dejo caer por los hombros y la espalda, extendiéndoselo muy sexy y sensualmente, de forma lenta por la espalda y la parte trasera de los muslos, poniéndose de perfil y masajeándose las perfectas nalgas de forma detenida, como si las amasase, para acabar palmeándoselas y agitando levemente las caderas como si se tonificase los perfectos glúteos, que vibraban en toda la perfección de su curva como vibra un  macizo postre de gelatina al que has agitado,  mientras pensaba “ contemplar, contemplar lo que un día tocasteis y nunca más volveréis ni a rozar”,






Después se acercó a la hamaca como una gata se deshizo de las cuñas y entro en ella muy lentamente a gatas, poniéndose a cuatro patas y mostrando su perfecto y divino culazo sin rastro de celulitis, ni piel de naranja, deteniéndose como si arreglase la toalla en forma de almohada, de rodillas alzando el culo al máximo para hacerlo, los chicos debían estar dándose un festín y muriéndose de deseo cachondos como dos demonios en celo.






Finalmente Yolanda se tumbó con el culo en pompa y las piernas abiertas, dirigiendo sus delicadas y femeninas manos a la parte trasera se desato el nudo del bikini y se quedó tomando el sol.





Sus firmes y perfectas nalgas expuestas a los niñatos salidos y al sol, a ver cuánto aguantaban los niñatos asándose al sol ella podía mucho, les iba a hacer sufrir antes de enseñarles sus enormes y perfectas mamazas de pezones extragrandes.






Después de cuarenta minutos al sol, en su espalda y sus piernas no quedaba ni rastro del aceite bronceador, de vez en cuando volteaba la cabeza como oteando el horizonte a través de sus gafas de sol, para comprobar el destello inconfundible de los prismáticos de los criajos.






La verdad es que a pesar del toldo, se estarían abrasando allá arriba en lo alto de la cuesta, y todo por verle las magníficas tetazas naturales, redondas que caían erguidos en perfecta gota de lluvia, con sus erectos y puntiagudos pezones extra grandes.






La verdad es que aquella insistencia y resistencia le resultaba halagadora a Yolanda. Si, los niñatos se lo habían ganado, hasta Sergio, les daría un espectáculo, que no olvidarían en la vida, iban a estar pajeandose pensando en ella por los restos.





Yolanda se volvió a atar la parte de atrás del biniki, giró lentamente sobre la hamaca volviendo palmearse como si se sacudiese polvo de cada uno de sus circulares y perfectos cachetes respinones del culo al aire en su tanga bikini de hilo naranja, y se levantó calzándose sus cuñas, se quitó sus gafas de sol, dejándolas en la hamaca de al lado y se dirigió al borde de la escalera que desde la terraza bajaba a la piscina, como colocándose en el centro del escenario. 





Mirando al frente con gesto desafiante volvió a dejarse caer aceite bronceador por los hombros y la espalda probando de extenderlo nuevamente por ella, luego hizo lo mismos con los muslos, las nalgas, los gemelos,  parte a parte de forma muy suave y femenina, extendiéndolo con sus finos y delicados dedos, doblándose y dejando una perfecta visión de sus divinos pechos de talla de copa E colgando dentro del bikini que claramente desbordaban.






Una visión que su melena no impedía al estar recogida en un moño con un palito en la nuca, después se puso más aceite bronceador sobre su vientre plano y definido, jugando con su ombligo, sobre sus caderas curvas y divinas, llegando debajo de su tetotas, chorreando más sobre el canalillo.






Entornaba los ojos porque aquellos idiotas estaban enfocándola tanto que del destello a veces la cegaba.
Siguió extendiéndose el aceite por los hombros y la parte superior del pecho, la frente sus perfectos pómulos, su cuello, probando que los chicos perdieran la calma, desesperados esperando el momento en que se sacase el triangular y escaso bikini que cubría sus enormes y turgentes melones.










Con mucha parsimonia dirigió sus delicados manos a la parte de atrás y se desanudo el bikini.




Sus mamazas en forma de gota de lluvia se desprendieron naturalmente del trozo triangular de tela que aún las cubría, cayendo y subiendo erectas y turgentes a la vez, con la misma parsimonia, se llevó las femeninas manos de uñas perfectamente pintadas de rojo detrás de la nuca y se desanudo el último nudo del bikini, dejando que este cayera al suelo muy teatralmente.






Dejo caer sobre sus erectos, redondos e inmensos pechos de pezones extragrandes un buen chorro de aceite bronceador, y sosteniéndolos a duras manos con sus manos delicadas desde abajo, empezó a extenderlo primero hacia el centro de sus mamazas, cubriendo su gran y oscura areola y pellizcando sus pezones erectos como flechas, en el medio de sus dedos índice y corazón,











Cada vez que subía para extender el aceite en toda la circunferencia de sus gloriosas tetazas, subiendo y bajando, bajando y subiendo , sin parar de sostenerlos y llevando las manos hacia el centro como si quisiera ordeñarlos, apretando y haciendo que la oscura areola y el moreno y duro pezón sobresaliesen y se escapasen de su mano, sin dejar de cerrar los ojos y pasarse lenta y sensualmente la lengua por los labios, mordiéndose de vez en cuando el labio inferior, convirtiendo su precioso rostro de diosa morena en la cara de una perra viciosa y cachonda.





Cuando se hubo amasado suficientemente las mamazas, estiro al cielo sus perfectos y definidos brazos, tensando todo su cuerpo, haciendo que sus tetazas se irguieran hacia delante desafiando con su perfecta exuberante redondez la ley de la gravedad, parsimoniosamente se llevó las manos al palito del pelo, tensando aún más su tronco donde se dibujaban sus costillas y su largo abdomen se dibujaba, y mientras se quitaba el palito de forma magistral y casi imperceptible movía su hombros a la vez que su cabeza, para desmadejar su preciosa melena castaño oscuro casi negra,  haciendo que sus enormes y maravillosas tetazas se agitase lentamente de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.










Los niñatos no podrían masturbarse allí arriba, de vez en cuando pasaba una moto o un coche, y ya era muy sospechoso que estuvieran allí subidos al borde de la acera, si se sacaban las pollas y empezaban a machacárselas algún vecino que pasase podría llamar a la poli, ellos eran tontos, pero no tanto.





Yoli sabía todo esto y por eso esbozaba una amplia sonrisa de satisfacción, pues los estaba poniendo calientes como un volcán en erupción sin poder aliviar su calentura.





Y el espectáculo no había acabado, con su cuerpo brillando y chorreando aceite por cada milímetro, Yolanda se dio la vuelta, volviendo a la hamaca agitando sus perfectas nalgas a cada paso, arriba y abajo, abajo y arriba.





Se sentó en la hamaca y subió la parte delantera del respaldo, para después estirarse boca arriba al sol con sus piernas estiradas, con sus firmes y redondeados muslos, con sus enormes tetazas al aire cubiertas de aceite, aún estuvo unos veinte minutos así con los ojos cerrados y las manos en el lateral, luego abrió los ojos, el destello de los prismáticos volvieron a deslumbrarle, así que empezó a humedecerse los labios lenta y sensualmente, sus manos se deslizaron por su vientre subiendo hasta sus tetazas, agarrándolas de nuevo desde abajo, masajeándolas y apretándolas como si quisiera ordeñarlas, sus pezones se pusieron duros como piedras.











La verdad es que Yoli estaba cachonda como una perra en celo, que morbo le daba todo aquello, su entrepierna ardía, se convulsionaba lentamente por la calentura retorciéndose en la hamaca, cerrando los ojos y mordiéndose fuertemente los labios, no tardo en llevarse las mamazas a la boca y bajar la cabeza para chupar y morder sus enormes pezones, con el rostro desencajado de una zorra lujuriosa, durante varios minutos, después su delicada y femenina mano de uñas rojas se deslizo debajo de su tanga naranja transparente, y empezó a jugar con el mar de su raja y su clítoris, frotando cada vez más, con más fuerzas, mientras ella se retorcía de placer y con la otra mano no dejaba de llevarse alternativamente una teta y luego la otra a la boca, chupando y mordiendo sus pezones.





-        AAAAAAHHHH……..AAAAAAAHHHH…..AAAAAAAHHHH…….!!!!









Estallo gritando a viva voz, algo que no podía evitar siempre que se corría, al tiempo que convulsionaba por el orgasmo como una poseída, un enorme chorro de su clítoris había empapado su tanga bikini naranja.









Dejo que las pulsaciones le bajaran antes de abrir los ojos y volver a ser deslumbrada por los destellos de los prismáticos, esbozando por ello su más maliciosa y preciosa sonrisa perfecta, aquellos dos criajos (que seguramente eran vírgenes) estarían flipando extasiados con las pollas como mástiles de barco sin poder saciarse.




 

Vamos a por el último bocado se dijo Yoli, se incorporó, se volvió a recoger el pelo en un moño en la nuca con el palito, y bajo de la hamaca al llegar a las escaleras, se quitó muy grácil y femeninamente el tanga de hilo y de forma decidida, completamente desnuda mostrando su raja y su depilado triangular brasileño, se dirigió con una enorme sonrisa de satisfacción a una de las  duchas de la piscina. 






La piscina tenía dos duchas una en una esquina , la típica ducha de paredes de ladrillos huecos con senefas de obra y una ducha junto a la piscina sin muros ni nada que la protegiera, y allí, completamente desnuda se ducho de cabeza para abajo, dejando caer el jabón por todo su cuerpo desde los hombros, cubriendo con su espuma, su culo grande de nalgas perfectas, fibrosas y respingonas, masajeando su vientre plano y definido, la piel suave y firme de sus muslos cubierta de espuma, agachándose de espalda a los chicos para darle el mejor plano de sus glúteos y labios vaginales, deteniéndose encarecidamente en sus mamazas cubiertas de espuma jabonosa, pellizcando de nuevo con sus dedos corazón e índice sus pezones.





Después de enjuagarse entro en la piscina desnuda, sin desarmar su moño, fue y volvió, salió del agua, se dirigió a la hamaca recogiendo su bikini, dándole siempre la espalda o el perfil de su majestuoso y voluptuoso cuerpo a los niñatos, mientras se secaba con su toalla, se calzo sus cuñas de esparto y se puso su batín satén negro que le llegaba a mitad del muslo, y volvió a entrar en la casa, esbozando una enorme sonrisa de satisfacción, el espectáculo había terminado por hoy, ya podéis iros a matar a pajas a gusto pensó, caminando por el pasillo de la casa a carcajada limpia.







El timbre de la puerta sonó repetidas veces. Era lunes, empezaba una nueva semana y Belén estaba allí de nuevo. Como era habitual en ella, llegaba a la casa y no saludaba a Yolanda, tratándola como si fuera una extraña, aunque no lograba su propósito, aquella era su casa, su castillo, se lo había ganado y se lo ganaba a pulso soportando ser la esposa del odioso y zafio de Vicente. 





Como nadie iba a abrir, Yoli se dirigió a la puerta.




En cuanto se hizo con la casa, había despedido al " servicio", con recomendación y todo, pero nada de criados y menos fijos.





María Visitación una mujer de confianza de su amiga Vero, llegaba por las mañanas de lunes a viernes, sobre las 09:00 limpiaba la casa y organizaba las tareas domésticas para hacerlas durante la semana, preparaba comidas y a las 17:00 se iba a casa, era un amor de mujer, y Yolanda la trataba con cercanía y familiaridad, Vicente cuando coincidía con ella, ni la miraba a los ojos, aunque la hablase de usted con frialdad y distancia.





 A aquella hora de la tarde la mujer ya no estaba, así que Yolanda abrió la puerta. Junto a la misma estaba el repartidor de Amazon de la zona, Víctor, un hombre en mitad de los cuarenta, ojos verdes, barba recortada, con entradas y canas en las sienes, fofisano con chaqueta de motorista. 





- Buenas Yolanda, preciosa, que placer más inmenso es siempre verte, y que tú me abras la puerta en vez del " avinagrado" de tu marido. 





Dijo el repartidor esbozando una sincera sonrisa de deleite, mientras recorría con la mirada el cuerpo de Yolanda de arriba a abajo, devorándolo con los ojos como siempre que la veía. Más bien todo hombre la ven así de morbo.





 Todos los repartidores de logística y otros repartidores de la zona conocían la dirección y la diosa morena maciza y exuberante como una pornostar que vivía en ella, correos, amazon, GLS, Deliveroo, etc.…En las empresas en las que no había un repartidor fijo asignado había tortas por hacer esa entrega. 





- Muy buenas Victor, muchisimaass gracias por tus palabras, me traes algún paquete....





Pregunto amablemente, Yolanda exhibiendo su amplia y perfecta sonrisa que enamoraba a los dioses y que realzaba sus perfectos pómulos de piel cetrina bronceada, sus labios carnosos con carmín magenta, su delicioso y redondeado mentón y sus ojos brillantes de ensueño, sombreados con una sombra malva y gris, sus pestañas rizadas, extra largas y realzadas con rímel, aquel rostro que tanto hombres como mujeres admiraban por su increíble belleza.




-        Muy buena estas tú!!! Yolanda.




Respondió provocativa y zalameramente el repartidor.




Como hacia habitualmente en esas situaciones obvio el comentario sin abandonar su simpatía.
Situaciones que vivía a menudo, incluido en su trabajo diario, donde tenía sus admiradores fijos, clientes que solo pasaban por la compañía de seguros para verla y hablar con ella para gozar de su contemplación.




-        Sigo esperando el paquete Víctor.!!




Dijo sin dejar de deslumbrar al repartidor con su sonrisa y talante risueño y simpático.




-        La dirección es correcta, pero pone que el paquete es para una tal Belén Díaz Pérez.




Contesto el repartidor manteniendo en su boca la sonrisa de deleite, sin quitar sus ojos del cuerpo de Yoli.




-        Si, si es aquí es para la hija de Vicente…… Belén, Beleeén….hay un paquete para ti.




Respondió Yolanda poniéndose de perfil a la puerta, vestía unas cómodas y entalladas mallas negras mate, que se ajustaban a su cuerpo como una segunda piel, dibujando la firmeza y lozanía de sus muslos y la curva perfecta y tonificada de su gran culo divino y especialmente respingón, que debido a los zuecos de andar por casa sin parte delantera y de medio tacón realzaban aún más sus gloriosas nalgas, arriba un jersey de punto de manga larga con escote redondo, también ajustado de forma que se dibujaba  la circunferencia semicircular de sus enormes pechos, mostrándose en su parte superior por el redondeado escote, alzados y ofrecidos por el wonderbra como dos jugosos frutos de piel morena, llevaba su preciosa melena recogida en una cola de caballo.






El repartidor se estaba dando un festín de contemplarla hasta se relamía, mirando fijamente el culo de Yoli, cuando llego Belén con cara de pocos amigos. Yolanda estaba de espaldas a Víctor y de cara a Belén, pero eso no le importo a la niñata, que cuando vio el enorme deseo que despertaba en el repartidor, transformo su rostro en un gesto de odio supremo.





-        Belén Díaz Pérez?




Pregunto Víctor sosteniendo el paquete.




-        Si, soy yo dame.




Respondió Belén hecha una fiera.




-        Y ahora largo!




Lanzo tremendo y seco grito Belén al repartidor, cerrando la puerta violentamente, ante el asombro de este y de Yolanda.




-        Lo siento Víctor, adiós.




Grito Yolanda a través de la puerta sin salir de la estupefacción.




-        Maldita zorra, siempre calentando a los hombres con tu culazo y tus inmensas tetazas……  te odiooo.....!!!! - Chillo Belén, abandonando la entrada y perdiéndose por el interior de la casa.




-        Yo también me alegro de verte, Belén.




Dijo con sorna e ironía Yolanda mientras la adolescente se perdía por el pasillo.




La verdadera bomba estalló en la cena.



-        Papa, este sábado, vienen mis amigos otra vez y no quiero ver a tu mujer cerca de la piscina, su presencia nos molesta.....! No da buena vista! - Dijo Belén cuando llegaban a los postres, durante todo el día apenas se había cruzado ni la mirada con Yolanda, a la cual le importaba absolutamente nada, simplemente obviada a la niñata.




-        Perdona!!!! como, estas limitando mis movimientos en mi casa....?




Respondió atónita con voz de incredulidad Yolanda.


-        Si, hija esta también es la casa de Yolanda, aunque no os llevéis bien.




Dijo en tono neutro Vicente, intentando mostrarse conciliador, mirando a su niñita con ojos de adoración




-        Su presencia es la causa de toda la infelicidad de mi vida, de mi infancia y ahora de mi adolescencia!




Grito Belén, atacando el punto débil de Vicente, el cargo de conciencia sobre lo que había sufrido su niñita.




-        Que pinta ella mientras estoy con mis amigos, allí en medio como una espina en mi corazón, pavoneándose con su espectacular cuerpazo.




Seguía a grito pelado con su diatriba Belén.



-        Perdona bonita, pero yo no me pavoneo, ni me expongo ante nadie, que no sea tu padre.




Respondió calmada Yoli, sin alterar la voz ni el ánimo, consiguiendo que Vicente afirmase en silencio con la cabeza.




-        No te hace falta, solo tienes que ser tu misma de forma natural zorra! para que todos los tíos solo tengan ojos para ti.... si no de que un gran hombre como mi padre habría caído en tus redes zorra......!!! Eres la perdición.....!





Contesto Belén gritando llena de odio a Yolanda. Belén estaba y sonaba furiosa! Estaba expresando una palabra demasiado fuertes para su madrastra.





-        Cálmate Belén y mide tus palabras, tu padre y yo estamos enamorados. Te estás expresando ya muy feo...!




Dijo aguantándose la risa como pudo Yolanda. Era una pilla con su hijastra y no le molestaba ni una palabra de su hijastra.





-        Me da lo mismo todo Papa, no la quiero cerca mío, cuando estoy con mis amigos, sobre todo cuando estoy en la piscina… NO LA QUIERO.........!!!!! - Siguió Belén gritando y haciendo aspavientos como una niña mal criada y muy berrinchuda. La situación se puso demasiado intensa....!




CONTINÚA 





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