TIA DEMASIADO MALA/CAP8
CAPÍTULO 8
Los había invitado a disfrutar de sus maravillosas y perfectas tetazas, era mucho más de lo que nunca había imaginado en sus fantasías más obscenas.
- Aaaaaaaahhhhhh….. me corrooooo…. aaaahhhh!!!
Empezó a ulular de placer Alberto.
Al tiempo que Paloma empezó a sentir las enormes ráfagas ardientes de la semilla cremosa del chico inundándola y un enorme orgasmo vaginal, que retorcía el garrote de Alberto la volvía a llevar a la gloria entre espasmos.
- Siiiiiiiiiiii……….. siiiiiiiiiiiiiiiiiii…. preñameeee… neneeeeee…!! preñameeeeeee.....!!!!!!!!!!!!
Gritaba de placer, extasiada girando las orbitas de los ojos enloquecida.
Ya se había agenciado unas pastillas antibaby del día después, así que podía disfrutar de la inundación de la enorme verga del chico.
- Siiiiii…. Ayyy.....!! siiiii…... déjanos bañarte… las GRANDES TETAS… siiiii......................!!
Exclamaron a la vez los dos hombres con el rostro desencajado y lleno de sudor, agarrando sus pollas por el tronco como si fueran dos mangueras y enfocándolas hacia los globazos de Paloma.
La cual sonriendo como una zorra picara, les ofrecía sus enormes y perfectas tetazas sosteniéndolas por abajo y tirando la cabeza hacia atrás, agitando de forma bestialmente sensual su sedosa melena rubia beis hacia atrás, entre los últimos espasmos de su orgasmo vaginal.
- Oooohh… oooohh.. ohh.. siii!!!!!!!
Exclamaban los dos hombres, mientras bañaban con ráfagas de su leche caliente toda la superficie de las turgentes tetazas de Paloma, apuntando especialmente hacia sus pezones sus enormes y morenas areolas, hasta que las cubrieron casi completamente con su viscosa simiente, sacudiendo hasta la última gota de sus pollas sobre ellas.
Los hombres se retiraron extasiados y satisfechos, mientras Paloma con sus areolas y pezones totalmente cubiertos del semen de aquellos extraños y gran parte de sus tetas también, sin dejar de mirarlos, sonriendo maliciosamente estiro de su wonderbra deportivo desde atrás y se recogió sus ubres colmadas de viscosa simiente, cerrando el wondebra por delante.
Antes de bajarse el top, y juguetear un poco son sus tetas cubiertas de leche, como si se las ajustase, para regocijo y satisfacción de aquellos mirones extraños, y a continuación colocar el tanga en su sitio y subirse los leggins azul pastel ajustadísimos a sus rojísimas nalgas, mientras por sus muslos abajo, manchando los leggins corría la abundante corrida de Alberto.
El cual a una señal se subió slips y pantalones y siguió a Paloma que se volvió a colocar las gafas de sol y poniendo morritos paso entre los dos hombres de mediana edad diciendo.
- Señores ha sido un placer.
Marchándose con Alberto del parque, contoneando sus caderas lujuriosamente, con una cadencia femenina y suave, dejando con la mayor sonrisa y satisfacción de su vida a aquellos dos desconocidos.
Que ignoraban lo satisfecha sexual que estaba en aquel momento Paloma, que había mucho más que completado una de sus fantasías largamente reprimida, había llegado donde jamás habría imaginado, y ahora llevaba su raja y sus enormes tetas completamente empapadas en semen y aquel fuerte olor a macho, aún humedecía y hacia palpitar su sexo.
Mientras el muchacho tímidamente la seguía con devoción absoluta rendido a todo lo que ella desease.
Paloma había conducido a casa manteniendo la distancia con él chico, no solo por Alberto, sino también por ella, había que rebajar la libido o perdería el control del todo, aunque el crio no dejaba de mirarle las erectas tetas y sus labios vaginales que se ajustaban en sus leggins todo el camino.
Habían subido al piso y Paloma, haciéndose la olvidadiza había enviado a Alberto a comprar unas bebidas, para aprovechar y ducharse sin el chico en casa, para evitar que entrase en el baño y su irresistible polla enorme y vigorosa la tuviese de nuevo a su merced y no pudiese decir que no a un nuevo polvo.
Merendaron en la cocina, ella sonreía al chico, que seguía mirando como un cordero asustado, no seguro todavía si todo aquello era un sueño, si no pasaba nada o estaba actuando mal.
La actitud de Paloma, sonriendo y siendo simpática, pero evitando el contacto físico con Alberto, despistaba al chico, que comía tranquilo, sin perder de vista las enormes mamazas turgentes y esféricas de talla H de Paloma, en forma de gotaza de lluvia desafiando a la gravedad dentro de su camiseta de tirantes gris con un precioso escote redondo que las mostraba como si estuvieran de oferta.
- No me dijiste ayer algo de un trabajo que tenías que hacer hoy, cariño.
Pregunto Paloma mientras recogía la mesa de la cocina y veía como el chico torpemente probaba de acercarse a tocarla con ansiedad.
- Ssssi…siii… aunque también puedo hacerlo mañana…así he quedado. - Contesto Alberto dubitativamente.
- Venga aprovecha algo de tiempo hoy…avisa a tus compañeros….. venga ves a hacerlo, que esta noche saldremos a “pasárnoslo” bien.
Dijo Paloma con voz dulce y picara a la vez, arrojando al chico una mirada de lujuria prometedora, antes de guiñarle el ojo.
- Está bien voy. - Contesto Alberto sonriendo y se dirigió a su habitación.
Casi toda la tarde mientras el chico estaba en la habitación, Paloma estaba sentada en el sofá con las piernas dobladas y recogidas sobre él, con su camiseta de tirantes gris y un short de algodón negro ajustado a su magnífico y maravilloso culazo perfecto, primero se hizo las uñas de los pies y de las manos, luego se puso crema en sus piernas suaves como la porcelana, luego miraba series de Netflix, pero no podía disipar el nubarrón de los remordimientos, que le habían aparecido justo cuando el chico se había marchado a su cuarto.
Ella nunca le había sido infiel a Carlos, nunca, daba igual las circunstancias y Carlos a ella tampoco, eso le constaba, a pesar de las oportunidades que él había tenido, incluso entre conocidas de ambos, que le habían tirado los trastos a pesar de saber, primero que era su novio y luego su esposo.
Es verdad que estaban atravesando los peores momentos de su relación y que él estaba insoportable, celoso, la trataba con desdén, no mostraba que la valorase y se ocupaba poco de ella, ni la escuchaba y todo eran discusiones, pero tal vez ella estaba siendo poco comprensiva.
Ahora él soportaba mucha presión, pronto tendrían que decidir si tenían familia o no, y él lo daba todo por la estabilidad económica de la pareja, aunque en el camino estuviera sacrificando el cariño.
Ella tenía que ser más comprensiva, saber aguantar aquel momento de su pareja y más adelante todo volvería a ser como antes.
Por eso lo que estaba haciendo ella con Alberto aquel fin de semana era una putada, tendría que reconducir la cosa, y convencer al chico, no solo para que entendiese que todo había acabado y no volvería a repetirse, sino que lo mejor para todos era que convenciese a su familia, para irse a otro sitio.
Si, si, eso era lo que tenía que hacer, todo aquello había sido una locura, ella desatendida, se había dejado llevar por la polla más gruesa, larga y vigorosa que había visto nunca, pero no se volvería a repetir.
- Riiiing, riiiiing, riiiiing….!!
Estaba Paloma pensando todo esto cuando el teléfono empezó a sonar insistentemente.
- Si, dígame. - Dijo Paloma cogiendo el teléfono.
- Soy yo, Paloma. - Se oyó la voz de Carlos a la otra línea del teléfono.
A Paloma que estaba al borde de la lágrima por el arrepentimiento se le ilumino la mirada.
- Hola cariño, Cómo van las cosas por ahí, tesoro? - Respondió Paloma con su voz más dulce y cálida, llena de amor y afecto.
- Van, como van! Se puede saber dónde has estado toda la mañana que he llamado hasta tres veces. - Contesto de forma ruda y agresiva Carlos.
- Pues no estaba en casa, he quedado con estas y después comprando. Por qué no me has llamado al móvil, corazón???? - Pregunto Paloma, manteniendo el tono amoroso y conciliador.
- Porque no me ha salido de los cojones. Donde estaba el gilipollas de Alberto, que tampoco ha podido coger el teléfono, el paleto atontado. - Insistía Carlos en su tono despectivo, hablando ya a gritos.
- Pues no sé.....!! noooo soy su secretaria Carlos, tenía que hacer un trabajo o algo así me dijo ayer, no sé si habrá salido. - Contesto Paloma, intentando mantener la calma y la cordialidad.
- Me cago en la puta madre, es que esta casa es un desmadre coñooooooo.....!!! Como es posible que no haya nadie en toda la mañana!!!!!!! me lo puedes explicar......????????? me lo puedes explicar, Paloma!!!!!!! que solo sabes que estar todo el día fuera, pegándole fuego a mi sueldo, joder!!!!!!!
Hablaba a gritos a través del teléfono agresivamente y con desprecio, demasiado Carlos, y eso que aun no sabia que se estaban follando a la buenota de su mujer y en su propia casa.
CONTINÚA





Comentarios
Publicar un comentario