UNA VECINA CON SECRETOS/CAP1
CAPÍTULO 1
Así las cosas con esta mujer de Anastasia pasaba demasiado tiempo ante la PC y con el tiempo se había vuelto una adicta a las redes sociales, principalmente al Messenger....
Chateaba con gente desconocida, gente que agregaba de páginas de contenido adulto... Solía chatear a escondidas, bien cuando su marido no estaba en casa o cuando su jefe estaba ausente en el despacho.
Tenía sus contactos favoritos, con muchos de ellos charlaba a diario, a veces horas y horas, revelando intimidades de su matrimonio... o dejando al descubierto sus fantasías eróticas. Ya ni siquiera se concentraba en el trabajo. Era una mujer con una tentación...
Empleaba un seudónimo para no revelar su identidad, aunque mostraba su imagen en el perfil y a veces había enviado fotos desnudas con el rostro difuminado... Le excitaba mucho hablar de sexo con gente desconocida, conocer a gente con sus mismas obsesiones, revelar secretos del dormitorio.... todo lo que tenía que ver con sexo.
Llevaba un par de años enganchada al Messenger y había logrado sortear las sospechas de su marido. Muchas noches se quedaba adormilado en el sofá y a ella le daban altas horas de la madrugada con el portátil en las piernas.
Tampoco había levantado sospechas en su trabajo, entre otras cosas porque su jefe, con 60 años, entendía poco de informática... Pese a esta afición por el sexo virtual, hasta el momento había sido fiel a su marido y en ningún momento se había planteado contactar personalmente con algunos de los amigos de la red.
Eso si.... se divertía, a veces se masturbaba, pero nunca pasaba de ahí.... Tenía 35 años y llevaba cuatro casada con Guzmán. Ya estaban programando tener un hijo pronto y a los dos años ir a buscar el segundo, su marido no paraba de insistir que ya le apetecía, pero ella trataba de convencerle de que aún era pronto, sobre todo porque la llegada de un hijo le crearía unas ataduras que le impedirían recrearse en el ordenador....
Guzmán tenía su misma edad y era un buen hombre, cariñoso y espléndido, de un carácter muy afable. Estuvieron seis años de novios hasta que decidieron casarse.
En la cama era bastante insípido, se acomplejaban un poco y sus problemas de eyaculación precoz, aparte de que llegaba diariamente a casa derrotado.
Trabajaba como un cabrón de lunes a sábado como visitador médico, le pagaban miserablemente para las horas que empleaba, a veces corriendo con gastos de su bolsillo para trasladarse de un sitio a otro.
Era un conformista, un hombre recatado, sin agallas para imponerse. Anastasia trabajaba como oficinista en un pequeño taller de coches, cuyo dueño estaba al borde de la jubilación. Ya llevaba diez años trabajando para don Ignacio, un amigo de su padre...
El negocio cada iba a peor y había tenido que deshacerse de todos los empleados..... Anastasia y Guzmán vivían en un modesto edificio. Su piso se encontraba en la tercera planta y era pequeño, setenta y cinco metros cuadrados. Constaba de dos habitaciones, un pequeño salón, cuarto de baño, cocina, despensa y dos estrecho balcones en cada cuarto, pero los ingresos mensuales no daban para más desafortunadamente para ellos...
Apenas salían los fines de semana con el fin de ahorrar y llegar a fin de mes, si acaso algún sábado se permitían el lujo de ir al cine o quedaban con los vecinos para tomar una copa por la ciudad. Y de pocas vacaciones disfrutaban en verano, Anastasia solía coger un par de semanas, pero en épocas de crisis a Guzmán se las pagaba la empresa y si pillaba una semana podía darse por satisfecho.
Ésta era la vida insustancial de este matrimonio de clase media. Anastasia era una mujer muy guapa.... De joven ganó algún concurso de belleza, de ahí que fuera tan coqueta y que alardeara de su figura, que exhibiera su grandioso cuerpo en la red a multitud de desconocidos.
Era alta y maciza, de gruesas y largas piernas, con un culo muy redondo y enorme y unos pechos demasiado voluminosos.... (gigantes) vaya par de chichotas tenia... con la base muy redonda y blanda, de grandes aureolas claras y grandes pezones. Tenía la piel blanca con ojos marrones, un rostro de facciones delicadas, como si fuera una muñeca, liso con flequillo largo y asimétrico, junto con un cabello algo largó, con aspecto de cabello desordenado, un rubio natural... Parecía sueca por su blancura y altura, solo que con un cuerpo muy voluptuoso de tipo mujer latina. La verdad que era una hembra muy voluptuosa, y eso que aún no llegaba a ser madre, era una hembra con sus partes intimidas enormes, a donde sea que fuera, se ganaba las miradas de cualquier tipejo.
Sabía que los hombres la miraban y le encantaba ser el centro de atención por su imponente físico. A su jefe mismamente, se le iban los ojos como a un viejo verde cada vez que llevaba un vestido sugerente.... y muchos jóvenes de la ciudad le lanzaban piropos cada vez que la veían pasar.
Guzmán ya no se sulfuraba y había aprendido a dominar los celos que le producían aquellas miradas. Tenía una mujer muy voluptuosa y muy guapa que alardeaba a donde sea que fuera. Guzmán había sido muy deportista, pero había tenido que dejarlo por el trabajo y últimamente había descuidado su físico.
No le quedaba más remedio que resignarse, lo primero era el trabajo y el sueldo no daba para gimnasios.
Un lunes por la mañana, Anastasia se encontraba en la oficina del taller mirando su correo ordinario, el verdadero, cuando se dio cuenta de que tenía diversos correos procedentes de su otro correo, del nick que solía utilizar para chatear en las redes sociales.... Eran emails tipo spam hacia todos sus contactos, incluido su marido, emails de un alto contenido sexual.... con típicos anuncios de páginas de sexo.
Se puso bastante nerviosa, su marido y sus amigos estaban recibiendo emails procedentes del correo que ella utilizaba para el Messenger. Era como si se hubieran cruzado....
Buscó en internet y descubrió que probablemente el portátil de casa se había infectado con un virus que utilizaba sus cuentas de correos para enviar emails basura.
En principio, resultaba difícil que su marido descubriera la verdadera identidad del remitente de esos correos basura, pero seguro que su correo también podría haberse infectado y por los nombres podría atar cabos y averiguar lo que estaba sucediendo. Además, Guzmán tenía conocimientos en informática y ella no tenía ni idea....
Por suerte, libraba por las tardes y por suerte su marido salió temprano tras el almuerzo. Ya a solas en casa, encendió el ordenador y le pasó el escáner del antivirus.
Detectó un troyano altamente peligroso que aprovechaba las cuentas de correo para enviar spam. No logró eliminarlo y además el virus le había cambiado la contraseña y le impedía acceder a los correos, correos donde tenía sus fotos almacenadas, fotos en poses eróticas.... fotos que podían remitirse a cualquiera de sus contactos.
Sus fotografías y sus correos privados estaban en manos de un hacker.
No sabía qué hacer... Empezó a dudar si llevarlo a la tienda para que se encargaran de limpiarlo.... Pero navegando por internet para encontrar una solución, leyó algo sobre el historial de navegación, sobre las cookies y que el Messenger registraba en un directorio las conversaciones en línea de los chats.
Se puso a temblar, todas sus conversaciones estaban en el disco duro del ordenador. Su marido podría descubrirlas si le contaba lo del virus y si lo dejaba en la tienda corría el riesgo de que los empleados también lo descubrieran... Estaba muy asustada, su doble vida quedaba totalmente expuesta.
Se tiró toda la tarde tratando de averiguar cómo solucionar el problema, hasta que llegó su marido y la notó preocupada, pero se excusó con un dolor de cabeza y se fue pronto a la cama, sin ser capaz de dormir en toda la noche. Se encontraba en una situación muy comprometida.
Y el martes a primera hora, en cuanto su marido se fue a trabajar, marcó al taller y le dijo a su jefe que estaba enferma con fiebre y que no podría ir por la oficina... Don Ignacio la abroncó severamente, había un montón de facturas acumuladas y había que preparar los impuestos trimestrales, pero debía resolver el problema del virus a toda costa.
Era verano y hacía un calor horrible... muy fatal. Llevaba unos leggins blancos con rayas negras verticales, unos leggins elástico que realzaban su ancho y gigante trasero, con las curvas de sus nalgotas y su cadera, y una camisa vaquera de cuello camisero con escote en V, ajustadita, de un tono azul claro, ensalzando el volumen de sus pechos obesos, con la ranura a la vista.
Al calzar unos zapatos con un ligero tacón, contoneaba el trasero con estilo... Merodeando por la casa, se acordó de Pedri, el hijo de sus vecinos.
Estudiaba una ingeniería en informática en la universidad. Iba a cumplir 20 años y quizás podría ayudarla si le contaba parte del problema.
Lo pensó demásiado y muy despacio antes de dar el paso, ya que corría el peligro de que el chico descubriera su gran secreto.....
CONTINÚA



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