PARAÍSO PROHIBIDO/CAP5
CAPÍTULO 5
Me la quedo mirando y no había caído en la cuenta de que debajo de ese albornoz blanco estuviera ataviada con semejante mini bikini.
La miro a los ojos y noto que brillan más de la cuenta y que su risita es floja y nerviosa.
- Y qué tal te queda? - pregunto con curiosidad.
- Pequeñísimo...!!
- Jajaja, ya mamá, No te gusta entonces???
- Sí, me gusta. Pero…
- Entonces, Te ha gustado o no? - digo retándola.
- Sí, me encanta, pero no puedo llevar eso, hijo, es algo… Quieres ver como me queda? - me dice de repente.
Se produce un silencio largo y mi cabeza no para de girar, como si fuera la niña del exorcista. En serio me ha dicho mamá que quiere que le dé mi opinión de cómo le queda esa tanga? O sea iba a ver sus nalgotas en tanga?
- Pero tienes que ser sincero. - añade. - Verás como me das la razón y es demasiado pequeño, me veo rarísima, no parezco ni yo misma. Sentirás vergüenza de tu madre.
- Eso nunca! - digo casi gritando ofendido.
Ella me besa en la frente y se separa de mí dos pasos.
- La verdad, Víctor, vale?
- Te daré mi sincera opinión - contesto sabiendo que voy a alucinar de antemano.
- Qué vergüenza...!! - añade.
En ese momento se suelta el nudo del albornoz y lo deja caer sobre su espalda de una manera tan sensual, tan impactante que me quedo sin palabras, sobre todo cuando veo a mi madre embutida en ese pequeño bikini amarillo...
No doy crédito a lo que veo, tan solo una imagen que será difícil de borrar de mi mente para el resto de mi vida...
- Yy?! - contesta ella abriendo sus brazos y mirándome fijamente tras ver que tardo en contestar.
- Aa...lucinante! - alcanzo a decir pero mi voz tiembla.
Sus grandes tetas se han quedado más juntas al estar aprisionadas bajo la pequeña tela que cubre la aureola de sus pezones y poco más, dejando el resto de su pecho al aire... Para colmo la braguita es minúscula y le tapa la entrepierna en el lugar más recóndito que nunca imaginé ver desde tan cerca. Para colmo la tela se mete en su rajita y forma una hucha que se ve muy pletórica.
Sin tiempo a asimilar todo, ella se gira y me muestra su culo, un culazo... redondo, enorme de poderosas caderas, donde una fina tela se cuela entre las posaderas, dejando a la vista ese imponente trasero y unos muslos divinamente largos.
Observo que se puede ver la tela de su entrepierna en esas preciosas nalgotas y se puede distinguir la protuberancia que asoma de lo que es su sexo desde atrás...
Gira solamente su cabeza y sin dejar de sonreírme, me pregunta.
- Parezco una fulana! A que sí?- dice volviéndose a girar quedando frente a mí.
- Mamá, estás divina... - digo sin dejar de observarla. - Ohh, Preciosa!
- Veo que sí. - dice señalando el bulto enorme que asoma por debajo de mi bañador.
Me tapo a duras penas, pero a ella parece encantarle provocar eso.
- No puedo salir así a la calle. - añade - mira lo que te provoqué a tí...
- Y, No te gusta que te admiren? - le reprocho.
Otro silencio que rompe ella sin dejar de mirar el bulto bajo mi bañador.
- No.
- Por qué no?
- Porque estoy medio desnuda, hijo.
- Es simplemente un bikini, mamá - alcanzo a decir aunque ciertamente tapa lo mínimo.
- No lo ves? - dice señalando con sus dedos sus posaderas, y cubriendo sus tetas ligeramente con sus manos bastante cortada.
- Tapa lo justo, pero te queda de maravilla. - añado no ya por convencerle a ella, sino porque el convencido soy yo.
- Mira, es tan pequeña la braga que me tuve que recortar hasta los pelitos en la parte de las ingles que salían por los costados. - añade señalando ese maravilloso lugar.
Me fijo y veo que esa parte está más enrojecida, seguramente porque ha metido la cuchilla para ocultar el bosquecillo que debe cubrir su sexo.
En ese momento, mamá hace el ademán de volverse a poner el albornoz, pero apresurado sostengo su muñeca.
Me mira sorprendida.
- No. Déjatelo puesto.
- Cómo? - me pregunta fijándose detenidamente en la erección que le estoy ofreciendo ya sin cortarme y que está más cerca que nunca de esa mujer a la que adoro.
- Hijo, no puedo dejarme esto puesto.
- Al menos, si no lo vas a llevar en la piscina y en la playa, déjatelo para mí. - mi petición es más bien ruego.
No sé por qué he dicho eso, pero me ha salido involuntariamente. Pienso que va a darme una bofetada o algo parecido...
- Vale, pero un rato solamente… - añade al fin.
A partir de ese momento, mamá permanece con ese mini bikini en exclusiva para mí, algo impensable apenas hace un par de días. Todo se está produciendo tan precipitadamente que no soy capaz de digerirlo.
Se sienta en la cama y coge su móvil en una pose que me parece divina: Sus tetas, mejor dicho tetotas... se ven pletóricas y sus piernas cruzadas me parecen realmente las de una gran diosa.
- Cariño, tendrás que bajar esa calentura. - me dice de pronto señalando mi erección.
- Perdona, mamá. - digo otra vez cortado.
- No problem… vete al baño y alíviate, cariño. Ya sé que las hormonas se te disparan, jajaja...
Obedezco como un corderito y nada más cerrar la puerta del baño me comienzo a hacer una paja de campeonato teniendo en mi mente la imagen de mi madre con el tanga que realza todos sus atributos de forma magistral.
Mi polla no resiste mucho más y es que en estos días casi no tengo aguante, porque todo esto me tiene loco. Me corro con potentes chorros que salen disparados por todas partes.
Después de limpiar los restos con un papel, me desnudo por completo y me meto en la ducha para intentar apagar el calor que todavía perdura en todo mi cuerpo y en mi sucia mente.
En ese momento se abre la puerta del baño y entra mamá con su diminuto bikini amarillo, viéndome en bolas bajo la ducha y con mi verga erecta. Me tapo y me giro para quedar de espaldas a ella.
- Mamá!! - grito a modo de protesta.
- Qué pasa? No me voy a asustar a estas alturas por verte desnudo, hijo.
- Pero es que…
- Además tu ya me has visto a mí medio desnuda, qué menos.
- Mamá yo no te he visto desnuda! - vuelvo a protestar.
- Poco me falta, jajaja…! - dice ella con su vista clavada en mi trasero.
- Pero mamá! - sigo protestando y tapando mis vergüenzas con mis manos.
- Sabes una cosa, cariño? Nunca me había fijado en ese pompitas y gustan, eh? - Sale riéndose del baño y mi vista sigue sus andares y el movimiento oscilante que su culote muestra con ese tanga.
Tras reponerme del susto y secarme, regreso a la habitación. Mamá está en la terraza tumbada en una hamaca con los ojos cerrados.
Yo llevo puesto otro bañador y me tumbo en la hamaca que está a su lado sin dejar de observar ese cuerpo celestial en un bikini que realmente es minúsculo.
- Te vas a quedar ciego - me dice repentinamente sin abrir los ojos, pero sabe que no quito la vista de encima de su cuerpo…
- Por…??
- Pues porque estás mirándome sin parar!!
- Es que… - no sé ni qué decir. - Cómo lo sabes??
- Lo imagino.
- Pues sí, mamá, es que estás impresionante...
- Sí, menudas pintas - añade abriendo sus ojos y sonriendo.
- Estás guapísima, Laura. - le digo y parece que le gusta que por un momento no la llame mamá. Me guiña un ojo y me acaricia la mano en señal de agradecimiento.
- Deberías bajarte a la piscina y disfrutar de los cuerpazos de todas las chavalas guapas que hay y no de la vieja de tu madre. - me dice.
- No eres vieja. - contesto ofendido.
- Si te parece…
- Tienes solo 42. Y además aparentas diez menos, como mínimo.
Sé que le gusta ese piropo, porque su sonrisa se amplía y esa forma de mirarme es explícita.
Pero en el fondo no es un piropo pues es realmente cierto que mi madre no aparenta su edad. Para nada.
- Bájate conmigo. - le digo para animarla.
- Ni borracha. Con esta tanga....??!
CONTINÚA


Comentarios
Publicar un comentario