PARAÍSO PROHIBIDO/CAP7


CAPÍTULO  7







A continuación, su marido no pierde la oportunidad de pegarse al cuerpo de mamá, más de lo necesario, para plantarle dos besos, pero en esa imagen estoy cuando Sandra se acerca hasta mí, uniendo su cuerpo contra el mío de igual forma y besándome, como siempre, con su gran efusividad.








Ha notado mi erección, es inevitable, pues yo estoy a tope y ella con ese vestido tan fino lo ha notado claramente. Abre sus ojos como platos y después me da un tercer beso, esta vez cerca de la comisura de los labios para separarse después con una victoriosa sonrisa. Joder, me ha puesto más berraco de lo que ya estaba!







Decidimos cenar juntos los cuatro y la verdad es que la velada resulta muy animada, porque son una pareja muy simpática.
Tras los postres y un par de botellas de vino decidimos bajar al pub del hotel para rematar la noche como se suele decir.







Mientras las chicas van al baño, juntas, como no puede ser de otra manera, Toni y yo buscamos una mesa en un rincón y allí nos sentamos.







Charlamos de fútbol con la suerte de que ambos coincidimos en ser del mismo equipo. Después nos felicitamos por tener como pareja respectivamente, a dos bellezones.








Tras un buen rato, en el que nos ha dado tiempo a pedir una ronda de copas, regresan las chicas. Ambas vienen riendo muy alegres.







Creo que mamá ha bebido demasiado y no está acostumbrada. Están preciosas con sus pegados vestidos, pero mi vista se va indiscutiblemente al cuerpo de mamá que tiene las curvas de Sandra pero multiplicadas por diez...







Cuando giro mi vista a mi compañero de mesa, veo que él también flipa con ella. No es para menos, mamá está alucinante con ese vestido azul tan ajustado. Es curioso, pero mi madre se ha quitado diez años de encima vestida así.








Nos ubicamos los cuatro en unos sillones y pasamos una noche genial, hasta que comienzan a poner música algo melosa y Toni invita a mamá para salir bailar. Lo estaba deseando el muy cabrón...







Desde nuestro sitio, Sandra y yo podemos ver que lo hacen nuestras respectivas parejas, que bailan muy acaramelados.







Entonces esa preciosa rubia me sonríe para sacarme a mí también. No puedo negarme cuando ella de pie tira de mi mano.







Me agarro a su cuerpo pero no puedo evitar observar a mamá de vez en cuando, bailando con ese hombre. Siento celos, no lo puedo remediar, es un hombre más afín a ella y del que se siente atraída, sin duda y él hacia ella más que por descontado.







Resulta chocante, pero estoy abrazado a una rubia impresionante y no puedo quitarme a mi madre de la cabeza. Quiero ser yo el que esté abrazado a ella... así de pegado como está ahora Toni disfrutando de sus curvas.








Veo que sus manos llegan muy cerca del gran culo de mamá y alguna vez lo tocan tímidamente sin querer por el mismo baile pero estaba seguro que lo hacia al proposito.
No puede ser. Me siento furioso...







-      Estás colado, ehh? - me despierta Sandra de mis pensamientos que sigue muy unida a mi cuerpo y me susurra al oído.






-      Cómo dices? - pregunto con sorpresa.






-      Sí, hombre, se te ve que no le quitas ojo a tu chica. Estás enamorado. No?







Su pregunta me deja trastocado, porque creo que en el fondo es una mezcla de cosas, ya no sé si es el amor hacia una madre, un deseo puramente carnal, un enamoramiento como ella dice o una mezcla de todo junto.







-      Es muy guapa tu chica y tiene un cuerpo muy precioso... - añade Sandra que sigue pegada a mí, notando claramente mi polla pegada en su pierna.






-      Gracias - le contesto. - Tú también eres muy guapa.






-      Gracias. - me devuelve una bonita sonrisa y restriega sus buenas tetas por mi pecho.






En ese momento la música se acaba y las dos parejas nos separamos.
Tomamos nuestras copas y después de unas risas entre los cuatro, pedimos una tercera o cuarta ronda, ya he perdido la cuenta.






 
Vuelve a sonar otro tema lento en aquel pub. Mamá estira su mano invitándome a salir a la pista con ella.







-      Bailamos, amor? - me dice toda insinuante.







Cómo me gusta oírle decir eso. Me siento de maravilla en esta situación. Yo sé que ella está interpretando un papel, que hace muy bien, por cierto, pero yo quiero sentirlo como algo que es real, que ella es mi amor, que es mi pareja.








Nuestros cuerpos se juntan y afortunadamente mamá sabe cómo llevar el compás y yo al tiempo me uno a sus pasos, pues soy algo más torpe.







Nada más notar su cintura frente a la mía y sus enormes tetas oprimidas contra mi pecho siento que mi polla crece irremediablemente, mucho más incluso que cuando bailaba con Sandra.





-      Estás muy guapa, mamá… - le digo al oído.





-      Gracias, hijo. Toni también me lo dijo. Que estaba guapísima con este vestido. Hoy me siento rompedora, como tú dices, jejeje.





-      Ves como no era el único??





-      Sí, también me dijo que bailaba muy bien y que era un placer estar con una mujer como yo.





-      Te gustó que te dijera eso?





-      Mucho, la verdad es que a una no le dicen esas cosas todos los días…





-      Te calentó cuando lo dijo?




-      Víctor!!!!




-      Perdona, mamá.





-      No, es que es verdad, hijo, me calentó bastante, porque se pegó a mi cuerpo y me abrazaba de una forma… - decía ella susurrando a mi oído.





-      Ya lo ví.





-      Como contigo ahora. - añade - y también estaba empalmado, como tú...






Por un momento me pongo rojo pero lejos de apartarme del cuerpazo de mi madre, le restriego mi erección por su caderas, haciendo gala de lo que ella ha notado hace rato. Coño, es inevitable y ella lo sabe!!





-      Nos tienes a todos locos... - le susurro al oído.





-      Anda, exagerado.





-      No sé si tú veías la cara de Toni cuando bailábais, pero estaba extasiado.





-      Pero era solo un baile, Víctor.





-      Ya, claro… - lo afirmo irónicamente, por supuesto.





-      Yo respeto a tu padre, hijo, pero no puedo evitar sentirme…





-      Ca...chonda??






-      Oye, no te pases! - me reprocha ella.






-      Más bien halagada. - me corrije  -  Hoy me están llenando de piropos.






-      Y es que estás para hacerlo mamá.






-      Gracias, corazón.





-      Cómo es qué tardaste tanto en el baño antes? Nos criticaban? - le pregunto intrigado.







-      No, jajajaja, pero Sandra es muy habladora y muy simpática, me dijo que el vestido me quedaba genial y que estaba muy sexy.






-      Claro, ves? y tú toda remilgada, no querías ponértelo.







-      Ya. Además Sandra me dijo también que me quedaría mejor sin ropa interior, para que no se me marcaran las braguitas. Que ella no usa nada debajo.






-      No usa nada debajo? - pregunto sabiendo que he bailado hace un rato con ella con el vestido sin nada más sin percatarme de ese detalle.







-      Sí, dice que siempre va desnuda bajo ese tipo de vestidos.






-      Y Tú? Qué le dijiste? - pregunto de nuevo.





-      Pues que habría que probarlo. - me dice, dejándome sorprendido de nuevo.






-      Pero tú no… - digo a la vez que con mi mano palpo su cintura comprobando que no se notan las costuras de su ropa interior. Luego subo a su espalda y tampoco se nota el sostén.






-      Sí, me lo quité todo, jeje… - me contesta nerviosamente.





-      No llevas nada debajo? - digo completamente alucinado.






-      No, jeje… - responde ella y noto un brillo en sus ojos…. y luego se pega más a mí notando que mi erección va a más.






Joder, mi madre está desnuda bajo ese vestido y además parece que le gusta. Y pensar que momentos antes no quería ni ponérselo.






-      Así que habrás disfrutado del baile con Toni, sin nada más que tu vestido - le digo casi echándoselo en cara, pues ha sido él quién lo ha probado antes que yo. No puedo evitar los celos.






-      Sí, jajaa. Me gustó provocarle y notar su polla dura cuando bailábamos...






-      Joder y tú sin nada debajo! - reitero celoso perdido.





-      Sí, me siento rara, pero me gusta ir sin nada bajo el vestido.





-      Notarías mucho más su erección.





-      Como la tuya ahora...  - dice esto y vuelve a apretar su pelvis contra la mía dando a entender que no es mentira. Estoy soñando.





No puede ser, que mi santa madre, me esté diciendo esas palabras, tan alejadas de su vocabulario y que lo diga ademas, satisfecha, disfrutando, incluso que note mi polla dura bajo mi pantalón contra la fina tela de su vestido como hiciera momentos antes con Toni.






-      No te molestes, hijo. Es natural! - me vuelve a susurrar viendo mi cara de alucine.






-      No te importa que esté así? - le pregunto ciertamente confundido.






-      Me encanta provocar eso. Hoy me siento un poco putilla... la verdad, todos los hombres me miran, creo que el vino y las copas me han dejado trastornada. -
Mi mano baja hasta el culote de mamá y lo acaricio suavemente.







Ella me mira sorprendida y en un primer instante y luego para colmo me dice.





-      Estamos interpretando muy bien nuestro papel de recién casados, no?





-      Sí - contesto y a continuación le doy un beso tierno en su boca.





-      Víctor! - me regaña separándose extrañada.





-      Mamá, recuerda, Es nuestro papel.





-      No abuses de tu madre y estoy borracha. - Cuando termina la música me siento extraño.






Por un lado porque se ha roto esa magia y ese momento tan divino y por otro por todo lo que mamá me ha ido contando. Es todo tan fuerte....






Al final nos despedimos las dos parejas y nos vamos a nuestras respectivas habitaciones.






Cuando entramos, mamá me pide que le baje la cremallera del vestido a su espalda y por un momento pienso que se lo va a quitar allí mismo, pero es simplemente una ayuda pues está algo bebida.






Bajo la cremallera hasta el final de su espalda desnuda y la acaricio suavemente. Ella gira su cara y me sonríe.






Me pregunto si seguirá cachonda con toda esta noche de locura.






-      Estoy algo mareada. Me voy a mojar un poco lo nuca, sino me dará todo vueltas. - añade.






-      Vale. Oye… mamá, por cierto. Dónde pusiste tu ropa interior? - le pregunto cuando ya avanza hacia el servicio.






-      La metí en el bolso. - Se mete al fin en el baño y yo saco mi polla del pantalón que está a punto de reventar.






Me la machaco como un mono, reviviendo todas las experiencias de esta noche divina, mientras oigo a mamá dar pequeños gritos que intuyo son por notar el agua tan fría sobre su piel caliente.







Me fijo en su bolso sobre la cama y aunque tengo ciertas dudas, me decido y lo abro encontrándome allí con su sostén y sus braguitas...
Las cojo con mi mano izquierda, masturbándome con la otra.







Llevo esa prenda, que estuvo esta noche entre las piernas de mi madre, hasta mi nariz... aspirando ese embriagador olor, que me encanta. Estoy a punto de correrme cuando oigo que cesa el ruido del agua en el baño y precipitadamente meto las bragas en su bolso y mi polla de nuevo en su sitio bajo el pantalón.







-      Ay, he quedado como nueva ! - me dice al salir tapada con una toalla.





-      Se te ha pasado el mareo, mamá?





-      Sí, estoy algo mejor. Ahora métete tú  al baño mientras me pongo tu camiseta para dormir.







Así lo hago y allí en la ducha todavía sigo empalmado, es algo que no consigo controlar, pero es que mi madre me está matando.






Me lavo la cara y luego el cuello con el agua bien fría intentando frenar el calor que emana mi cuerpo y mi sucia mente. Me paro a pensar si mamá se habrá masturbado en momentos antes intentando apagar su calentura.






Y cuando vuelvo a la habitación ataviado solamente con mi pantalón de pijama, veo que mamá está sentada dentro de la cama leyendo los mensajes de su móvil, imagino que son de papá.






Levanta su mirada un instante y veo que observa mi torso desnudo y noto que lo hace de una forma extraña y no como una madre precisamente, algo que me encanta pues me siento atrayente hacia ella por un momento.






-      Mañana iremos al pueblo a comprar un bañador, entonces? - le pregunto metiéndome en la cama a su lado.




-      No.




-      Como que no?!




-      Que no hace falta. Bajaré a la piscina con el bikini amarillo.





-      Cómo?? El tanga pequeñisima? - digo quedándomela mirando con cara de tonto.






-      Sí, creo que tienes razón y soy una idiota. Lo he estado pensando, total, aquí nadie me conoce y además, Sandra me insistió en que bajara a la piscina, que luciera este cuerpo increíble, que así estaríamos los cuatro juntos otra vez y bueno, pues creo que le voy a echar valor.






-      Cómo me alegro, mamá. - contesto sin creérmelo todavía.






-      Me moriré de vergüenza, pero es que tengo que disfrutar de este viaje. Así me lo acaba de decir papá en un mensaje.





-      Dijo que te pusieras el tanga? - le pregunto con los ojos como platos.





-      Noo, tonto!! Ni se me ha ocurrido contarle lo del tanga. Estás loco?





-      No se lo has contado...??!!




CONTINÚA 




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