HEMBRA CA... E INFIEL/CAP5
CAPÍTULO 5
Y seguiamos... con mucho cuidado y sin sacarla me fue dando la vuelta y de nuevo me puso de espalda sobre la litera, me colocó de lado y el también y frente a frente nuestros cuerpos, sin sacarla...
La notaba bien dura aún dentro de mí, de nuevo me acariciaba mi cuerpo, mi culo, el interior de mis muslo, subía hasta mi monte de Venus y acariciaba mi pelambrera toda mojada!!
Con su boca cogía mis erectos pezones que chupaba con mucha fuerzas casi produciéndome dolor. Todo esto mientras se recuperaba.
Aunque mi cuerpo ya estaba agostado, él seguía provocándome un estado de placer que desafiaba toda lógica. Era como si el agotamiento se volviera combustible, como si el deseo se multiplicara justo cuando pensaba que no quedaba nada.
La verdad yo nunca había sido así,
Nunca había sentido este tipo fiebre, así!!
si yo con un polvo y una corrida tenía bastante. Pero con él… con él era distinto.
Era como si mi cuerpo se hubiera reescrito, me ponía bien puta cachonda!!
No era solo él, era eso que llevaba entre las piernas. No un simple pene, no una parte más. Era su arma, su droga, con cada embestida era una descarga de gozó... o cada roce, una chispa que me incendiaba por dentro.
Su ímpetu era brutal... Su aguante, era inhumano. Por Dios… era como si el tiempo no le afectara a su pollota.
Y yo, rendida, jadeante, delirante, solo podía pensar....
- Qué me está pasando??!! Quién soy ahorita con él...???!!! Porque definitivamente esta mujer que se arquea, que suplica, que se desborda… no soy yo.
Es la versión que éste macho despierta,
la que solo existe cuando siento su miembro y me reclama.....
De vez en cuando hacía algún movimiento con su pelvis que me daban unos calambrazo de placer, estos movimientos fueron haciéndose cada vez más seguidos, cuando vio mi estado de excitación y como él se había recuperado, se tumbo encima de mí....
De vez en cuando, él hacía ese movimiento con su pelvis.... ese gesto preciso, casi cruel que sentia el infierno en mi interior... y que me enviaba calambres de placer por todo mi cuerpo.
No era brusco, era exacto. Como si conociera el mapa secreto de mi cuerpo y supiera dónde pulsar para encenderme sin aviso, como si fuera un volcan explotando...
Y cuando vio mi estado, la respiración entrecortada, los ojos perdidos disfrutando, la piel encendida, empezó a repetirlos, más seguidos, más profundos y Más suyos.
Yo ya no era dueña de mí.
Era un cuerpo en trance.
Una melodía que él tocaba con la cadera y su principal instrumento su barra de carne...
Cuando se recuperó, no pidió permiso, se tumbó sobre mí. No como quien descansa, sino como quien reclama. Como quien sabe que el cuerpo que tiene debajo ya no le pertenece a nadie más!!
Su cuerpo era calor, Su aliento, su ritmo,
Su presencia, un conjuro, Que me ponían totalmente loca.
Y yo, debajo de él, como una puta disfrutando a tope, que me hacía olvidar todo lo que alguna vez creí saber sobre el placer.
No apoyo sus manos sino que puso su abdomen sobre mí, me aplastaba a cada envite pero no me importaba, al fin se apoyo sobre sus codos y comenzó agarrándome fuerte de mis carnosas, enormes nalgas, otra vez un rápido mete y saca que como las veces anteriores me hicieron enlazar una serie de orgasmo mi placer era inmenso e intenso, tremendo cabron, hijo de puta.
Nunca había estado tan bien y disfrutado tanto. El seguía dale que te pego a mi coñito no paraba, esta vez tardaba más en correrse aunque por la rapidez de sus embestida yo adivinara que buscaba con ganas su corrida...
Al fin note de nuevo su leche caliente en todo mi interior y sacándola de mi vagina se sacudió su maravillosa y grande pollota!!!
Unas cuantas de veces llenándome todo mi cuerpo de su leche!! no sé cómo podía tener generar esa cantidad de esperman...
ya era la cuarta vez que se corría, una con mi boca y las otras tres jodiéndome sin sacarla... unos chorros cayeron sobre mi cara dándome en los ojos y boca, otros chorros sobre mis tetas gordas y vientre.
El no me dejó como la vez anterior limpiarme, solo dejó que me quitará la corrida que había caído en mis ojos y que le limpiara con mi boca su polla toda tiesa a medida que iba perdiendo no mucha dureza pues aunque un poco más floja aún presentaba una increíble y seria dureza.
Cuando acabó me dijo de nuevo que él siempre se corre dentro de la mujer y que esta vez me había dejado bien llena... pues hacía varios días que no se corría el cabron....
CONTINÚA










Comentarios
Publicar un comentario