MADRE EN LACTANCIA/CAP23
CAPÍTULO 23
Mi mente estaba absorta en el par de chichotas enormes que veían mis ojos a centímetros de mi cara... veía a detalle su suave piel y la leche que salía de sus pezones hinchados, caían por completo.... se veía demasiado delicioso y no dejaba de jadear!
- AHHH!!!!!! SIIII....... MAMI.....!!!!! - Me encanta sentir sus manos apretando y meneando mis huevos.
Mi boca jadeaba en busca de aire cada vez que no tenía sus tetotas gordas en mis labios... Cada vez que sus pechos lactantes se alejaban de mi boca, el aire se volvía un castigo. No era hambre, era sed... como si mis labios fueran cántaros vacíos que solo sus pezones duros sabía llenar.
Y el aroma de su cuerpo, sus suaves pechos y su ligero perfume de su piel y la leche que producían, no creo que pudiera quitármelo de la nariz, nunca.
- Mmm...!!!! sentí que están muy pesadas y cargadas tus pelotas, Sam!!!
Vamos, estás muy cerca...!!! Necesitas venirte, chamaco!! Estás a punto verdad....!! - Dijo y suspiró mamá sin quitarme su mirada sacerdotisa del placer.
No la deseaba como se desea a una mujer. Es más, el deseo se genera porque era mi propia madre, estaba deseando a mi madre porque era mi....
Un lugar donde el cuerpo es prohibido. Y dije.
- AHHH...!!! siiii....!!! Acarícialo, mamá! Acarícialo!!! asii....!!! - exigí con furia, mordiendo mis labios terminando la frase.
Mamá extendió la mano y apretó con fuerza mi verga, una mano sobre el tronco y la otra sintiendo y aprontando mis huevos.
Empezó a acariciarlos con sus uñas, como si fueran esferas de cristal.
- Mira tu cabeza esta muy roja... si que necesita soltar toda esa leche que tienes aqui.... que por cierto, se genera por pensar en las tetas de tu madre!! - Renata, levanta una ceja. - Tienes las bolas bien llenas por pensar en mi!! Sam. Eso no es sano. Un jovencito tan bien como tú no debería desear el cuerpo de su progenitora, cariño! - dijo mamá, con sus pechos moviéndose mientras me pajeaba.
Estaba cerca, muy cerca. Mi pene burbujeando con demasiado liquido preseminal, en toda la cabezona de mi pene.
Mi verga apuntando a su bello rostro y sus enormes tetotas llenas de leche, mientras apretaba con fuerza mis testículos hinchados.
Y cuando ese aroma tocaba mi nariz, era excitación... enviando una descarga de placer a mi polla.
Mi miembro estaba a punto de explotar y escupir semen... y la leche de mamá, que goteaba por las tetotas obesas y colgadas de mama, cubriéndome mis testículos y pene, prácticamente toda la entrepierna.
- OHHH!!! Joder, mamá! JODER...!!! Me voy a venir!!! Me voy a ve.....nir...!!!!
Me voy a venir en tu malditas tetas..!! -
gemí, acercándome, estaba a punto de correrme.
Mamá marcó un muy buen ritmo, aprovechando el rebote de sus enormes chichotas para rozarme la cara con sus pezones puntiagudos para ayudarme a ponerme a tope. Que la verdad no hacia falta, con solo verlas desnudas como se menean y gotean leche me ponía muy cachondo, la muy cabrona.
Subiendo y bajando su mano en mi polla a un ritmo rápido e intenso, llevándome a jadear como un estúpido loco!!
- Hazlo, Hijo! Cúbreme las tetas de con tu leche..!!! Píntalas con él... márcalas siii!!Reclámalas tuyas.... de tu territorio! - suspira y jadeó mamá, entre gemidos. - Ahhh..!!! ahhh!!! Sí, reclama lo que ya te pertenece... - susurró mama, como si no quisiera que escuchara eso ultimo.
Mamá me bombeó la verga con más fuerza, ahora con ambas manos. Mi polla empezó a hincharse de placer. El placer me recorrió todo el cuerpo. Estaba a punto de perder el control.....
- Ohh, Diablos, diablos..!!!! Aquí viene... ya!!! mamá!!! yaa viene...!!! Me ven...goo!!! Me vengooo.... JODER..!!! DIOS MÍO!!! SÍ...!!!! AHH, AHHHG!!!! - Empezó a salir mucho semen.
Muy espeso y cremoso, salió despedida de la punta de mi cabezota, aterrizando en sus gordísimas tetotas, una gruesa cantidad que se extendía hasta su su cuello, mejillas y muy cerca de sus labios carnosos.
- Dios, me encanta!!!! - dijo mamá, con el semen espeso extendiéndose entre sus labios carnosos.
- OHHHH, SIII!!!! Dios mio!! - gemía de placer y dolor. Otro chorro de semen salió disparado de mi verga cuando hablo, derramándose en línea recta por su nariz y sus labios.
Me masturbo con fuerza, sacando otro chorro espeso de mis pelotas, que aterrizó en sus pezones de mi madre.
Seguía masturbándome, y más semen seguía saliendo de mí.... Era como una bomba de semen, un géiser de semen humano!!
Y los chorros de semen cayeron en la cejas de mi madre, en su pelo, y otra gota de semen la obligó a cerrar un ojo. Mientras disparaba una línea de semen directamente sobre sus labios carnosos y suaves, mi madre suspiró y habló.
- Tu leche… sagrada!!! - susurró mamá, con la leche espesa deslizándose entre sus labios carnosos como un ungüento sagrado. Su boca no la bebía, la veneraba. Cada gota parecía encenderle la piel, como si el sabor fuera fuego.
Sus labios, brillantes y húmedos. El gemido que se le escapó no fue humano, fue canto de diosa.
La leche no era sustancia, era testimonio. Una marca, una señal, un pacto sellado entre cuerpos que se reconocen más allá del nombre.
Y en sus ojos, el deseo no era hambre, era poder. Como si cada trago la coronara, como si el placer fuera su trono.
- WOW! Salen de ti como un.... fruto prohibido…!! como si tus pelotas fueran cántaros divinos, llenos de fuego líquido... Mmmgg!!! - murmuró, con los ojos entrecerrados, como si el orgasmo lo hubiera tenido ella.
Y mientras lo lamía con lentitud, como si cada trazo fuera una firma, sus gemidos se mezclaban, como si el orgasmo fuera de ambos. - Uff...!!! Me fascina... Te pareces a mami, generas mucha leche, jeje.
Mi miembro seguía disparando semen espeso, cubriendo sus pechos y cuello... y algunos chorros espesos disparados directamente a sus labios abiertos, cubriendo su lengua.
Al sentir que me acercaba al final, le dije.
- Apuntalo para tus tetas, ma!!
inclino mi verga un poco hacia abajo, disparando algunas franjas de semen sobre sus suaves y prominentes pechos. Cubriéndolas por completo, con mi semen espeso.
Finalmente, mis huevos se secaron, y la última gota espesa de semen, quedo colgando en la punta de mi glande.
Paso su dedo limpiando y después chupo su dedo, se lo metió por completo a su boca. No lo podía creer...
Sentía un escalofrío que me recorría todo el cuerpo, la depravación de lo que había hecho me impactaba de lleno.
Y es que sus manos... su cuerpo entero me generaba un placer gigantesco. Y
sus manos seguían recorriendo mi pene como si fuera un instrumento tocado por las diosas.
- Mmmg, Qué gordas tetas tienes, mamá...!! tan gloriosas!!!! - dije, sin vergüenza, entendiendo por el morbo.
Me sentí orgulloso, sí, de tener a la madre más tetona del mundo, Dos montañas sagradas, dos altares de deseo, riquísimas, carnosas, brillantes... que estaba usando a mi beneficio.
Eran el centro de mi perversion. En verdad no eran solo unos pechos... eran dos frutos prohibidos, brillantes, duros, riquísimos. Cada vez que sus melones se alejaban de mis labios, Mi boca jadeaba, desesperada por tenerlos o solo mirarlos.......
Mamá tenía los ojos desorbitados y la boca entreabierta, con el semen goteando sobre sus encantadores labios y dentro algo de mi semen.
Nunca había presenciado algo tan aberrante y tan deliciosamente rico. Me ardía la piel solo de verlo.
Sabía que era pecado… y sin embargo, cada instante me hacía sentir bendecido. Como si el infierno me abriera sus puertas y el cielo me coronara por desear tan profundamente!!
- El castigo apenas comienza... - Se lleva la mano una de sus chichotas pesadas, como si fuera un momento histórico. y me señala. - Esto no es juego, niño...
Era una escena que no debía existir… y sin embargo, ahí estaba. Tan obscena y tan perfecta.
CONTINÚA







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