PARAÍSO PROHIBIDO/CAP18








 CAPÍTULO 18






Tras el opíparo desayuno hacemos unas compras en la ciudad, principalmente regalos para llevar a casa y algún vestido nuevo para mamá.





Últimamente está muy animada a comprarse trapitos y mucho más pequeños y ajustados a lo que acostumbra. A mi me hace súper feliz su comportamiento tan atrevido, parece haber perdido unos cuantos años.
Yo también aprovecho que está rumbosa y me compro algo de ropa en los mercadillos y tiendas de la zona.






Después de comer en una terraza y charlar animadamente como dos amigos o casi amantes, más que como madre e hijo, regresamos al hotel y nos metemos en la habitación. La verdad es que en la calle hace un calor asfixiante y aquí al menos hay aire acondicionado.





Me asomo a la terraza y veo a mi vecina despelotada en la terraza tomando el sol. Joder qué cuerpo!!





-      Hola Víctor - me sonríe al verme. Parece que estaba esperándome...




-      Hola. - contesto cortado al otro lado de la mampara que nos separa.




-      No bajáis a la playa hoy?? - me pregunta.




-      Quizá más tarde, nos quemamos un poco ayer.




-      Sí, hoy también hace mucho calor. Yo prefiero tomar el sol aquí desnuda precisamente para no quemarme con la brisa del mar. Luego iremos de turismo a un pueblo de aquí cerca, si os animáis… nos dais un toque y vamos juntos los cuatro.





-      Vale. Luego se lo comento a mi m… mujer. - digo y por un momento casi suelto la palabra “madre”





Me despido de ella y cuando vuelvo a la habitación me pregunta mamá por la conversación que he tenido con Sandra y le comento que estaba desnuda tomando el sol.




-      Estaba desnuda en la terraza? - me pregunta intrigada.




-      Sí, en pelota picada sobre una tumbona.



-      Y Toni??



-      No, no estaba, pero seguramente también estará en bolas… - añado.




-      Y tú te habrás puesto ciego viendo a la vecinita sola.



-      Si, no te lo voy a negar. - le digo - como tú si vieras a Toni.




-      Bobo! - me dice, pero sabe que llevo razón.




Sabe que le doy en el punto flaco y cambia de conversación rápidamente. Al cabo de un rato, decidimos echar la siesta y gracias al aire acondicionado podemos descansar pues en la calle hace un bochorno y una humedad terribles.




Ella está con una camiseta y braguitas y yo  sólo con mis bóxers.




Cuando me despierto mamá está recién duchada, pero en lugar del albornoz lleva una toalla envolviendo su cabello y otra cubriendo difícilmente su voluptuoso cuerpo quedando justa para verle el canalillo y sus torneadas piernas.





-      Sigue haciendo mucho calor. Me he tenido que dar otra ducha - me dice mientras se seca el pelo y yo sigo admirándola embelesado.




-      Sí...




-      No sé si nos quemaremos. Creo que no deberíamos bajar a la playa.




-      Como quieras. - contesto.




Dicho esto se va esparciendo la crema por la cara y yo aprovecho para meterme en la ducha y apagar también un poco el calor, tanto el que hay en el ambiente como el que sigue sufriendo mi interior.





Cuando regreso a la habitación la toalla de mamá cubre su cintura y sus grandes tetas, para mi fortuna, están de nuevo a la vista y se está aplicando sobre ellas una crema solar en abundancia.





Yo vuelvo a flipar al ver esos enormes melones moverse juguetones entre sus dedos.




-      Pero, mamá, no dijiste que no bajábamos a la playa? - le pregunto hipnotizado con esos pechos muy deliciosos viendo que se está aplicando el protector solar.





-      No, en la playa nos quemamos… había pensado en tomar aquí el sol, en la terraza, no hace tanto calor.




-      Ah vale. Genial.




-      Víctor, puedes mirar si están los vecinos? - me pide.




-      Cómo?!




-      Que mires a ver si están en la terraza.




-      No, no creo que estén. Me dijo Sandra que se iban de turismo a un pueblo cercano. Ya se habrán largado.




-      Asegúrate, por favor.




Me salgo a la terraza, me asomo y veo no hay nadie y la puerta que da a su terraza está cerrada. Efectivamente se han ido.
No entiendo por qué tanta intriga por parte de mi madre en saber si están o no.





-      No hay nadie, mamá. - digo entrando mientras continúa esparciéndose crema por sus pechos.




-      Seguro??




-      Pero, Qué pasa? Por qué tanta insistencia…??



-      No quiero que me vean.




-      Las tetas? Pero si ayer te las vieron durante todo el día… especialmente Toni que disfrutó como un enano con ellas - añado sonriendo.




-      Ya, lo sé, pero es que quería tomar el sol desnuda, a ver qué se siente. - dice de pronto esperando mi reacción.




-      Pero… mamá... Completamente desnuda? - pregunto lo obvio de nuevo pero para asegurarme.




-      Sí, No es lo que estabas insistiendo?!!




-      Pero… desnuda, desnuda...??!




-      Jeje, claro tonto. Desnuda del todo....
No te importa, No?




Estoy alucinado, creo que no puedo contestar de la impresión. Ella mira mi bulto que vuelve otra vez a las andadas.




-      No, claro que no me importa - respondo a duras penas.





En ese momento mamá suelta la toalla de su cintura y aparece totalmente en pelotas ante mis ojos que no dan crédito a lo que están viendo.





-      Hijo, Qué pasa que te has quedado pálido? - pregunta pero sabe más que de sobra la sensación que causa.





-      Es que yo… - no puedo casi articular palabra observando a mi madre así, despelotada.





No sé si frotarme los ojos, para saber si es un sueño, pero no, es cierto, mamá está totalmente desnuda. Siempre había soñado con este momento, pero es que ahora, todo es demasiado, no soy capaz de creérmelo.






Su estilizado cuerpo y sus armoniosas curvas están ahora ante mis ojos, es alucinante, está preciosa, con su bosquecillo de vello recortado de su pubis tapando una rajita que adivino con un leve brillo y hasta me parece entrever el tono rosáceo de sus labios vaginales...






Miro a sus ojos y están brillando, es algo que no me esperaba de ella y por esa cara se ve que está realmente cortada, además porque reacciona mordiéndose la uña de su pulgar, en ese movimiento tan sexy que usa cuando sé que está nerviosa o ahora además excitada?





-      Y ese cambio de actitud? - le digo a duras penas con mi garganta seca por la impresión y mi polla como un palo.




-      Pues sí, ni yo misma me lo creo.




-      Ni yo, ni yo… mamá.



-      Estoy loca, verdad?!


-      No…




-      Es que me dije, si no soy capaz de desnudarme delante de mi hijo, nunca me atrevería a hacerlo en la playa.




-      O sea que… Has pensado hacerlo en la playa??!!





-      No, no. De momento quiero probarme a mí misma. Me ha costado mucho, pero me he decidido, al menos de probar lo que se siente desnuda tomando el sol, creo que me animaste mucho a hacerlo, contigo no me siento tan violenta… aunque estoy avergonzada....




-      Yo alucino...!!




-      Te hago sentirte mal?




-      En absoluto!!! - contesto casi en un grito.




-      De verdad, hijo No te importa? - vuelve a preguntarme y mordiendo su uña ligeramente, algo que la hace más deseable todavía.




-      Importarme? - digo tragando saliva.




-      Sí, ya sé que es una locura, Víctor, que tu padre me mataría, si se entera, pero por eso precisamente, porque seguramente es la única oportunidad en mi vida de hacerlo. Supongo que tú tendrás muchas más de hacerlo con tus amigos, pero yo con tu padre… me temo que no.





-      Mamá, me encanta verte… desnuda… y también que hayas sido tan decidida. No te reconozco.




-      Lo sé hijo, pero en este viaje es todo una locura. Ayer viendo a todos en la playa y nosotros todavía sin hacerlo, quise probar, al menos sin público...




-      Yo soy tu público!!




-      Bueno sí, pero tu eres mi hijo y aunque no lo creas estoy muerta de vergüenza, pero tenía que lanzarme, si no lo hago contigo, no lo haré nunca… - insiste con su risa nerviosa.




-      Estoy flipado. - digo sin que mi polla baje su empalmada.




-      Nunca habías visto a tu madre tan desbocada, verdad?




-      Pues no.




-      Ni yo misma me lo creo. Pero bueno Y qué te parezco? Todavía estoy de buen ver, sin nada de ropa?





-      Mamá estás... alucinante... - digo entrecortadamente disfrutando de su espléndida desnudez.




-      Vaya, jajaja, creo que todavía puedo impactar a un  hombre, aunque sea a mi hijo!!




-      Sin palabras me dejas...




-      Entonces bien? - vuelve a preguntar más animosa y girando sobre sí misma para ofrecerme descaradamente su cuerpo desnudo.





No acabo de creerme que esa mujer sea mi madre, por lo alucinantemente hermosa que es y por su descaro conmigo. Ella se ha ido animando poco a poco y yo ahora soy el que se corta. Su gran culo se ofrece tan apetitoso, sin nada que la cubra… y por delante con sus hermosas y grandes tetas y su sexo apenas cubierto por un mechoncillo de pelos negros.


-      Estás buenísima. - afirmo.



-      Gracias hijo. Tú siempre sabes mimarme. Bueno, Y tú? - me dice mirando el bulto que resalta en mis bermudas.



-      Yo?! Qué?!




-      Que si no te quitas el bañador??




-      Pero mamá…




-      Vaya, ahora la atrevida soy yo y el vergonzoso eres tú… Cómo cambian las cosas.




-      No, eso, es que… De verdad quieres que yo también me despelote?




-      Te atreves o no...?! Aprovecha que no están los vecinos - me alienta toda insinuante.




-      Pero es que...!!




-      Que estás empalmado… - me termina ella la frase dejándome alucinado.



-      Sí, un poco. - contesto.



-      Por lo que veo no es poco precisamente... jaja!


-      Ufff… - suspiro.



-      Es natural, hijo. Ayer mismo había varios hombres así en la playa, en toda su intensidad, acuérdate de Toni, que estaba con aquello a tope.... No me asusto por ver otra.




Estoy frente a ella a tan solo medio metro y estoy que no acabo de creer lo que me está sucediendo por momentos, será que estoy soñando?... pues no me quiero despertar.





No puedo dejar de observar todas y cada una de sus grandes curvas. Qué maravilla, unos muslos bien torneados acaban en sus ingles que ha depilado cuidadosamente dejando esa mata de vello sobre su coño Sin duda que sigo creyendo que es un sueño, pero no, mi madre, mi adorada madre está en pelota picada a unos palmos de mí. Joder, joder, joder!!




-      Y bien? - me dice impaciente meneando sus caderas juguetona. - te desnudas o no?!





-      Es que sigo paralizado viéndote. Tienes un cuerpo acojonante, mamá. - digo con total sinceridad.




-      Anda, exagerado!




-      No exagero, estás que rompes.... mamá!!




-      Gracias, cariño.




-      Mamá, puedo fotografiarte??



-      Cómo? Así..?! Desnuda?!




-      Sí, por favor. - reclamo casi como una súplica.



-      No sé… es que así…




-      Por favor. - insisto cruzando mis dedos y casi a punto de ponerme de rodillas.
Duda durante un rato en el que no deja de mirarme a los ojos.
Sabe que está imponente y que me tiene loco perdido. Creo que me quiere regalar una buena sesión de exhibicionismo.




-      Está bien, pero guárdalas como oro en paño durante el viaje y luego las borras... okay??! - dice al fin.




-      Sí, claro.




-      No quisiera que llegaran a manos de tu padre. No me imagino lo que sucedería....!!





Empiezo a disparar mientras mi madre va poniendo diversas poses como si fuera una actriz famosa a la que fotografían los paparazzi.




Estoy encantado y cuando compruebo lo bien que quedan en mi cámara, suelto hasta una pequeña risa nerviosa de total euforia. Ella ha perdido la vergüenza del todo, no me lo puedo creer pero sigo aprovechando para tirar y tirar fotos hasta casi dolerme el dedo.





Desde lejos en diversas poses y de cerca a escasos milímetros de sus grandes tetas, de sus anchos muslos, de su culo, su cintura, su coño...




-      Las borrarás, verdad? - insiste enseñando ese cuerpo desnudo y con sus brazos en jarras.




-      Bueno, puede que las tenga por un tiempo y así lo recordaré como si todavía estuviéramos en este viaje..




-      Tendrás cuidado de que nadie las vea? Nadie!! - dice en tono serio.




-      Que sí!, que es solo para mí, para verlas de vez en cuando.





-      Te masturbarás viéndolas?? - me pregunta todavía con sus manos sobre sus caderas.....




Me ha hecho enrojecer haciendo que se produzca un silencio pues no puedo reconocer lo que me pregunta, aunque ambos sabemos que será así. Si digo un “sí” ella se sentirá incómoda, si contesto un “no” creo que también le molestará verme mentir.





He preferido acogerme a la quinta enmienda y no contestar. Me limito a disparar la cámara, en sus muslos, sus tetas, su culo, su coño, incluyendo, cómo no, algunos primerísimos planos.





CONTINÚA 




Comentarios