PARAÍSO PROHIBIDO/CAP24

 


 CAPÍTULO  24







Yo respondí.




-      Bueno, eso ya lo estás....




-      Sí, pero mostrar mi coño por entero a todo el mundo. Quizás mañana me arrepienta ahora estoy tan excitada de tan solo pensarlo…






Joder, si no lo hubiera escuchado, pensaría que estoy delirando, pero sí, mamá lo ha dicho y claramente, no solo quiere desnudarse, sino que está tan lanzada que está loca por exhibir su coño sin obstáculos y además que está más cachonda que nunca.





-      Tendrás que ayudarme a rasurarme y luego te ayudo yo a ti... - Añade dirigiéndose al baño.




-      Qué?!!!




-      Sí, me tienes que echar una mano, porque yo sola no me veo bien. No quiero que quede ni un pelito. 
Cuando regresa a la habitación se queda mirando mi cara de bobo.





-      Me querrás ayudar? - pregunta con morrito de niña mala.




Estoy francamente impactado. Ya no solo con ver a mamá todo el día en pelotas delante de mí, exhibiéndose como si tal cosa, algo que está yendo más allá de mis fantasías, sino que me está pidiendo que le eche una mano.





Una mano a su chocho!
Mamá extiende la toalla sobre la cama y saca del neceser unas tijeras, un recipiente con agua, crema de afeitar, un bálsamo tipo after shave y una cuchilla.





A continuación se sienta sobre la toalla, abre sus piernas al completo y me mira de una forma que me parece más que seductora.




-      Vamos, cariño...! - dice extendiendo su mano hacia mí con las tijeras.




Sobra decir que mi erección es intensa y ella mira entre orgullosa y excitada ese volumen de mi miembro que sabe a todas luces, es por toda su culpa.






Agarró la tijera y me arrodillo entre las piernas de ella. La visión no puede ser más increíble y maravillosa. El coño está abierto como nunca antes lo he visto.... Se distinguen claramente sus labios mayores, ligeramente inflamados y su rajita parece estar brillando.





-      Venga, que no tenemos toda la mañana! - me apura sonriente.





Empiezo a recortar los pelitos de su pubis por la parte de arriba procurando no tocar su piel, pero mi verga no deja de crecer estando en esa tarea que no pude imaginar jamás.





Sigo con el traqueteo de la tijera y en alguna ocasión mis dedos rozan su pubis. Dios!




-      Es increíble que estemos haciendo esto - me comenta ignorando mis accidentados roces.




Noto que mis carrillos arden cuando subo la mirada fija en sus ojos. Ella también está colorada.




-      Lo hago bien? - pregunto.



-      Sí, cariño, muy bien. - contesta acariciando mi pelo.




-      Es que nunca he hecho esto antes.



-      Alicia lo lleva rasurado?




-      Mamá! Otra vez con Alicia? - digo dejando de manejar la tijera y mirándola fijamente.




-      Perdona hijo, era curiosidad.



-      No, no sé cómo lo lleva, la verdad.




-      No le has visto el coño todavía?




-      No… y ninguno, al menos desde tan cerca. - respondo bajando la mirada y siguiendo con mi tarea.




-      Quieres decir que este es el primer coño que tienes a tan poca distancia?!!!




-      Sí - respondo aturdido por su pregunta y por el hecho de que lo llame tranquilamente “coño”.




-      Pero hijo…




-      Qué pasa?




-      No, nada. - responde supongo que sorprendida no solo de que siga siendo virgen, sino de que en el sexo esté lo que se dice: “pez”






-      Vaya!! Y qué te parece este primer coño que ves desde tan cerca? - añade sonriente esperando si cumple las expectativas y vaya si las cumple.




-      Me parece precioso, mamá.




-      Jajaja… gracias hijo. - responde nerviosa.




-      Es algo alucinante.




-      Pues por ahí saliste tú, ya ves.....




Por un momento se cruzan por mi mente esa frase, pensando en cómo hemos llegado tan lejos y como se están produciendo tantos acontecimientos extraordinarios y Tan deprisa!






Vuelvo con la tarea de la tijera y de vez en cuando mis dedos rozan la parte interna de sus muslos. Ni siquiera esa zona había podido soñar jamás con acariciar y ahora estoy ahí, entre las piernas de mi madre, con todo su chocho bien abierto y afeitándola en ese lugar como si tal cosa.





-      Bueno, me lo has dejado bien cortito, ahora empieza con la cuchilla. - me ordena ella.




A continuación toma en su mano una porción del jabón y se lo extiende sobre toda su entrepierna. Se mira para ver si está bien impregnada con la crema.





-      Lo tengo todo cubierto?! mejor termina tú de extenderlo... - me dice.




Nos miramos durante un segundo y a continuación acerco mi mano a ese lugar prohibido, mágico, ese que siempre quise tocar.





Acerco mis dedos y nada más rozar esa zona, mi verga pega otro espasmo en señal de la excitación que me invade. Qué maravilla tocar esa zona tan suave de mamá y mover la blanca espuma por ese lugar prohibido.





Ella no rechista, creo que le está gustando notar mis dedos. Los dos andamos necesitados y cualquier cosa nos enciende más, es inevitable.





Miro a sus ojos y los noto brillar, además se está mordiendo su labio inferior...!!!! Joder, qué imagen!!!





La cuchilla empieza a hacer su trabajo por la parte superior de su pubis, y fácilmente se va llevando los pelitos que quedaron y ahora muestran directamente su piel.






Tengo que apoyar los dedos de mi mano izquierda sobre esa zona para estirar su piel y poder pasar la cuchilla con la otra mano. Mi madre sigue sin rechistar, pero veo que su chochito está más brillante que al principio. Me lo quedo mirando durante unos segundos.




-      Ocurre algo, hijo? - pregunta intrigada por haberme detenido.




-      No, nada.




-      Por qué has parado?




-      Es que tu rajita brilla mucho...




-      Ufff, claro, es que me estas tocando por ahí y una no es de piedra, cariño.




-      Te está excitando? - le pregunto mirándole fijamente a los ojos.




-      Mucho. Pero, anda, sigue… - responde intentando con dificultad, quitar importancia al hecho.






Me encanta la idea de estar dando gustito a mamá con mis dedos, de que ambos estemos desnudos, de que yo me apoye sobre sus muslos, acaricie descaradamente su pubis, de pasar la cuchilla por esa zona infranqueable.






A partir de ese momento ya no me noto forzado, sino que lo hago con parsimonia pero con total entrega, acariciando con una mano, quitando los restos de jabón con la otra, pasando la cuchilla lentamente, aclarando con agua y descubriendo la belleza de su sexo.






A esas alturas, el coño de mamá está más que brillante... pues alcanzo a ver cómo se escurren los fluidos que emanan de su coño!!! Cada vez más visible por cierto, hasta que termino del todo dejándola sin un solo pelito.






La verdad es que he sido muy cuidadoso y nunca había hecho esto, pero me ha quedado francamente muy bien....





-      He terminado. Creo que ha quedado bien - le digo, aclarando la cuchilla.




-      No, hijo, acláralo todo bien con agua, por si queda algún pelito - me dice y noto cierto temblor en su voz.





Echo algo más de agua para un buen aclarado y noto como sus pezones están puntiagudos y sus mejillas enrojecidas.....





CONTINÚA 








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