PARAÍSO PROHIBIDO/CAP29
CAPÍTULO 29
Ella dice....
-     Para, Víctor! - me riñe empujando con su culote hacia mí con intención de que me separe, pero con muy poca convicción.
Mi mano acaricia sus tetas y baja por su vientre hasta llegar a su sexo rasurado. No me cuesta descubrir que está empapada.
-      Cariño, Qué haces...? - me vuelve a reñir.
-      Pagarte con la misma moneda. - afirmo.
-      No, detente, mi amor! - No hago caso. Mi dedo recorre su rajita y sube lentamente hasta que con suavidad acaricio su clítoris que está inflamado y ella ardiendo.
-      Realmente quieres que pare? - le pregunto en el justo momento en el que ella comienza a gemir.
-      No, por Dios...!!!! - Sé que está a tope, como lo sigo estando yo.
Acaricio sin parar su belleza de coño, por sus labios, metiendo un dedo y jugando con su botoncito, haciendo que se estremezca. Mi otra mano va para sus tetas a sus caderas, pasando por su culo y mi boca no pierde la oportunidad de morder ligeramente su cuello. Estoy desbocado y ella también.
De pronto parece entrar en trance y en pocos segundos es atrapada por un orgasmo que es ya una mezcla de suspiro y lamento de placer...!!
Pierde el equilibrio y con el traspié caemos sobre la cama con nuestros cuerpos pegados. Mi vergota ha quedado entre sus glúteos y aunque parezca mentira está volviéndose a poner dura otra vez.
Mamá me empuja para que me separe, sabe que estamos demasiado calientes y ella tras su enorme corrida, está intentando serenarse y detener algo que sabe no está en absoluto, nada bien.
-      Perdona, mamá - digo intentando poner algo de mi parte.
-      Tranquilo, mi amor. - responde con su respiración aún muy agitada.
-      Es que no quise que te quedaras con ese calentón.
Se levanta y me da un beso en la frente. Yo hubiera preferido que me besara en los labios, pero ha vuelto a convertirse en madre.
-      Vamos a dormir, cariño, que mañana tenemos un día muy largo y hay que aprovecharlo bien. - Tras decir eso, acaricia mi verga con dulzura y luego añade.
-      Ya la tienes dura otra vez? - pregunta con sus ojos abiertos en señal de sorpresa.
-      Pues ya ves que sí.
-      Hijo mío, qué potencia! Tranquilo, mañana te follas a esa chica. Parece que lo hace bien.
-      Sí, sí que lo hace bien, al menos Toni parecía divertirse.
-      Verás cómo tú también la sorprenderás mañana...
Vuelvo a pensar en todo lo sucedido en el día y no puedo bajar mi calentura ni mi deseo cada vez mayor por mamá!!!
No niego que mañana voy a follar aunque no será con ella, pero seguro que paso uno de los  momentos más inolvidables de mi vida. Posiblemente lo haré pensando en ella, en mamá.....
Mamá está en el baño cuando me levanto. Me meto yo también porque mi vejiga pide a gritos liberarse y mientras lo hago, puedo admirar de nuevo su cuerpo desnudo bajo el chorro de la ducha.
Uno no puede cansarse de ver una maravilla así. Esta mujer es impresionante!
−    Buenos días hijo.- saluda ella desde la ducha y parece no tener ya ningún tipo de reparo en mostrar su desnudez, como si siempre lo hubiera hecho delante de mi.
−    Hola mamá. Estás preciosa!!
−    Gracias hijo, tú siempre viéndome con buenos ojos.
−    No, sencillamente es la verdad.
−    Pues gracias, que a una no le dicen esas cosas tan bonitas cada mañana. Levantas el ánimo a cualquiera.
Cuando termino me quedo ahí plantado observando las gotas y el jabón deslizándose por sus curvas y es que no dejo de sentirme dichoso por tenerla como madre y de que haya soltado su melena hasta límites insospechados. Si antes la deseaba, ahora ya no puedo ver a otra mujer que no sea ella.
−    Qué miras cariño?
−    A ti - respondo con mi obnubilada vista.
−    Te apetece enjabonar a mamá? - dice de pronto.
Su invitación me pilla por sorpresa, pero es mi polla  la que parece levantar la mano antes que mi propia voz, ya que se ha puesto mirando al techo en décimas de segundo.
−    Vaya... hijo, qué rápido te pones a tope… ven, entra y nos duchamos juntos. - añade toda melosa.
Joder, ni me acabo de creer que esté metido ahí dentro, junto a ella, que nuestros cuerpos desnudos se rocen una y otra vez, que con mis manos impregnadas de gel acaricie sus grandes tetas, su vientre, sus caderas, su coño y ella haga lo propio, masajeando mis pompas y después me haga unos buenos restregones sobre mi pene, en lo que viene a ser una “deliciosa paja bajo en la ducha”.
Ambos lo hacemos como quien no quiere la cosa, pero sabemos que es algo más que un intercambio de ayudas en el lavado de nuestros cuerpos.
En ese momento nos interrumpe el sonido del móvil de mamá sonando desde la habitación.
−    Tu padre! - dice como si nos hubiera pillado allí mismo, friccionando nuestros cuerpos desnudos.
Sale disparada hacia la habitación en pelota picada y totalmente empapada. Luego regresa al baño y afirma con su cabeza para certificar que es papá quien llama. Sigue hablando con él.
−    Bien, cariño, pero me agarraste en la ducha… no te oí. – dice apurada.
Me mira y se fija en mi verga que sigue erecta con ganas de seguir jugando.
−    Estee… Víctor, está… en… la terraza!! - contesta nerviosa - Vale, pues quedamos en el aeropuerto esta noche, mi amor. Yo también te quiero. - acaba diciendo y colgando la llamada.
Se me queda mirando con cara seria y algo colorada. Se va secando con su toalla sin dejar de fijarse en cómo me ducho y escudriñando mi cuerpo desnudo.
−    Te veo pensativa - le digo enjabonándome y devolviendo la mirada a su precioso cuerpo.
−    Sí, cariño, tu padre estaba llamando y no le oímos. - dice con preocupación.
−    Bueno, no estés intranquila, no sospecha nada- digo quitando importancia
−    Y qué es lo que tendría que sospechar?!!
−    No, nada, pero supongo que se sorprendería si supiera que nos estábamos duchando juntos - digo sonriente pero ella sigue seria.
−    Ya no eres un niño, Víctor. - dice fijándose en mi cuerpo y especialmente en mi verga tiesa.
Me gusta que me vea de esa manera, pero en su cabeza están pasando demasiadas cosas y no sabe dónde está la frontera entre el bien y el mal.
Yo prefiero que en este viaje abandone su comportamiento maternal, aunque también me gusta, no digo que no, pero en este momento, lo que tengo en mente es solo algo mucho más pasional.
−   A qué hora has quedado con Toni para ver las murallas? - le pregunto cambiando de tema para despertar en ella a esa fierecilla que ha invadido su cuerpo en estos días y alejándola de posibles miedos y responsabilidades.
−    Será por la tarde. Me invita a comer en un restaurante de la zona y luego vamos a ver las murallas.
Me siento mal al oír eso de la invitación a comer. No puedo parar de pensar en que Toni se va a aprovechar de la situación y cuando menos se lo espere va a atacarla.
Supongo que la encandilará con sus juegos de palabras, con una buena comida y seguramente con un buen vino que a ella se le subirá a la cabeza, algo que acabará en lo que me imagino y casi prefiero no imaginarlo....
−    Te preocupa algo, cariño? - me dice al verme pensativo.
−    No, simplemente que se nos haga tarde, recuerda que esta tarde antes de las  8 tenemos que estar en el aeropuerto. - le recuerdo volviendo a recorrer su anatomía recreándome en sus pechos y en un sexo que no quiero ni por asomo, que nadie pueda usurpar.
−    Tranquilo que será una visita rápida.
−    Lo sé, mamá, pero no quiero que lleguemos tarde…
En ese momento salgo de la ducha y mamá comienza a secarme con la toalla, lo hace con ternura de madre, pero al mismo tiempo mirando cada parte de mi cuerpo y con unos ojos que me parecen llenos de deseo, al menos eso cree mi torturada mente. Me seca el pecho, los brazos y también la polla que no ha cedido ni un milímetro de su erección. Yo me dejo hacer.
−    A ti lo que te preocupa es Toni. – dice de pronto sonriente.
−    No… bueno sí.
−    Tranquilo mi amor. Le tendré entretenido y seguramente muy caliente.
−    Igual le calientas demasiado… - añado con inquietud
−    Jajaja, no cariño, me gusta calentarle y eso me pone caliente a mí también, pero descuida, ya te dije que no follaré con nadie en este viaje.
Ella se acerca para secar mi espalda y su cuerpo desnudo choca contra el mío. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo al sentir su piel contra mi piel. Sus pezones se han puesto duros otra vez. Pienso! Realmente ella será capaz de aguantar los ataques de Toni con la calentura que tiene encima?
−    Espero que mientras yo le entretenga tengas tiempo de follarte a Sandrita.
−    Sí… - contesto, pero ahora no es Sandra lo que está en mi cabeza.
−    Además lo harás varias veces, se ve que es una mujer muy ardiente. Hazla gozar mucho, cariño.
−    Lo intentaré.
−    No, hijo mío, en el sexo, como en el amor, no vale con intentarlo. Tienes que conquistar a esa mujer, seducirla y enamorarla, no te conformes solo con metérsela, me comprendes?
−    No del todo. No se trata de follar?
−    No hijo! Tienes que intentar que para ella sea algo especial. Que no lo olvide nunca.
−    Ya, pero mamá, yo no tengo experiencia, ya sabes… - es mi respuesta.
Ella se me queda mirando fijamente a los ojos.
−    Qué pasa? - le digo ante esa mirada.
−    Ven!! - En ese momento, mamá me da la mano y me conduce hasta la habitación.
A pesar de no saber dónde me lleva, estoy en la gloria, así desnudo yendo de su mano, teniéndola desnuda a ella también y disfrutando de su culo mientras caminamos juntos como dos amantes.
Llegamos al centro de la habitación y nos ponemos frente al espejo de pared en donde se ven reflejados nuestros cuerpos desnudos. Ella delante y yo detrás.
−    Qué hacemos aquí? - le pregunto.
−    Mira cielo,  te voy a enseñar cómo puedes tener a Sandra completamente a tus pies y que esos momentos sean inolvidables para ti y por supuesto para ella.
Mamá toma mis manos y las pone a cada lado de su cuerpo, sobre sus caderas....!!En ese instante nos miramos a los ojos a través del espejo. Veo en ese cruce de miradas, muy patente, el deseo reflejado.  Ella empieza a explicarme cómo podré tener sexo esa tarde con Sandra y sobre todo cómo enamorarla.
−    Primero, admira su cuerpo, sin acercarte demasiado. - me dice.
−    No entiendo - digo acariciando sus caderas y subiendo suavemente hasta su cintura.
−    Así, cariño, como lo estás haciendo. Que ella note que estás fijándote en su cuerpo como si fuera la cosa más maravillosa... que hubieras vivido jamás.!!
Si hay algo que hace feliz a una mujer y le excita sobremanera es que la consideren única e irrepetible. Intenta seducir con esa mirada, tal y como lo haces ahora conmigo.
Imagina que mi cuerpo es el de ella, que no solo la deseas porque es una mujer hermosa y quieres hacer el amor, sino que ella es algo que está por encima de todo, que quieres tener sexo, sí, pero además porque su cuerpo te tiene atrapado, enganchado, totalmente perdido.
No me resulta tan difícil seguir esas indicaciones, ya que, aunque mamá no se quiera enterar, veo en ese cuerpo todo lo que ella me está describiendo. No es que me esté instruyendo, sino que me está detallando lo que siento por ese cuerpo, una entrega total de enamoramiento, atracción y deseo.
−    Muy bien cariño, así - me dice viendo mi cara en el espejo.
−    Eres preciosa. - digo totalmente sincero.
−    Eso es, amor, dile lo bonita que es, imagina que soy Sandra y mímala como si fuera lo más valioso del mundo....
CONTINÚA




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