MIRADAS AL PECADO/CAP2

 


           CAPÍTULO  2








Selene estaba descalza frente al fregadero de la cocina, vestida solo con una bata de seda negra que le llegaba unos centímetros por encima de las rodillas.
Tomó un sorbo de café mientras contemplaba la hermosa mañana de primavera.








Todo parecía tranquilo, pero en el aire flotaba una quietud distinta, cargada, como si algo o alguien estuviera a punto de romper ese silencio.








Siempre usaba batas como esa delante de ellos, sin pensar demasiado. Era una costumbre, una rutina inocente… hasta esa mañana.
Después de la charla con Julián, algo cambió. De pronto, notó cómo la tela apenas contenía su piel, cómo el aire parecía distinto cuando pasaba frente a ellos.
No era solo una prenda. Era una señal. Y por primera vez, fue consciente del poder que irradiaba, de lo fácil que era encender miradas sin proponérselo.
Ese descubrimiento la inquietó… y, de algún modo, también la hizo sentir viva.








No pudo evitar ser consciente del calor que se le había acumulado y del hormigueo que emanaba de su coño... Ansiaba a que sus hijos despertaran para ver qué tipo de reacción vería en ellos, si es que alguna...
Sentía la piel demasiado viva, demasiado consciente de sí misma.







La conversación con Julián seguía repitiéndose en su cabeza, haciéndola sentir desnuda incluso bajo la seda.
Y le dijo su marido.







- Muy bien, amor. Tengo que ir al aeropuerto. - dijo Julián, acomodándose el cuello de la camisa. La voz le salió grave, con ese deje de autoridad que siempre la desarmaba. - Recuerda estar atenta a esos pequeños traviesos que te están observando. - Selene arqueó una ceja, notando el brillo burlón en su mirada. -Te prometo que, si los observas con atención, seguro que verás sus ojos clavados en ti!!! - dijo su esposo al entrar en la cocina. trabajaba como piloto de línea aérea. Vestía su uniforme tradicional y estaba listo para partir en un viaje que lo mantendría alejado por unos días. Julián sonrió, satisfecho, y le rozó el mentón con los dedos antes de marcharse.









Se acercó a su esposa por detrás y se inclinó sobre su hombro para darle un gran beso en la mejilla mientras le acariciaba la cintura con las manos.
Selene rió suavemente!!







- Te avisaré si noto algo, pero sigo sin creer que me miren así!! - dijo Selene con una sonrisa que mezclaba burla y desafío. Giró la cabeza lentamente, buscando sus ojos. -Ya veremos!! - dijo con una sonrisa burlona mientras giraba la cabeza para mirar a su marido a los ojos y se inclinaba para besarlo en los labios.
Julián respondió al beso con calma, como si midiera cada segundo antes de separarse.







- Pórtate bien, mi amor - dijo mientras se daba la vuelta para irse de viaje. Se giró para mirar a su esposa una última vez antes de salir.







Mantuvieron contacto visual por unos instantes, ambos con una leve sonrisa.







Selene miró el reloj de la estufa. Eran las 7:00 a. m. En poco más de 10 minutos, sus hijos se levantarían y se prepararían para ir a la escuela.
Y como era de esperar, unos minutos después de las siete, Selene escuchó a sus hijos bajar las escaleras iban para cocina.
El corazón le dio un vuelco, pero sonrió para ella misma. Se giró hacia la puerta justo cuando se abría.









- Buenos días, bebés! - dijo Selene con una sonrisa que brillaba más de lo habitual. Había algo en su voz, una chispa de picardía que flotó en el aire antes de que nadie pudiera responder....







- Buenos días, mamá. - dijeron ambos. Thiago y Enzo. entraron a la cocina, vestidos y listos para otro día de clases, on las mochilas colgando del hombro.






Mientras los observaba tomar asiento, sintió que el aire en la habitación se espesaba, no por lo que hacían, sino por lo que ella aún llevaba dentro.... el eco de la conversación con Julián, el calor que no terminaba de disiparse, la sensación de estar demasiado consciente de sí misma.








Selene tomó un sorbo de café mientras se apoyaba en la isla, con una pierna cruzada sobre la otra.
La seda de la bata se deslizó apenas, siguiendo el movimiento. Todo parecía cotidiano, pero su mente no lo era.
Cada respiración tenía un peso distinto, como si el silencio de la cocina supiera más de lo que debía.








Mirando por encima de la taza mientras tomaba un sorbo, notó que sus dos hijos la miraban de arriba abajo antes de apartar la mirada. Creyó notar que ambos se detenían brevemente en sus tetas obesas y sus piernas desnudas.







- Ni hablar. - pensó mientras veía a sus hijos acercarse y sentarse a la mesa de la cocina. - Solo me miraron. En realidad no me estaban observando. Ni hablar... - se dijo a sí misma.






- Están mis bebés listos para un pequeño desayuno?!! - preguntó, girándose para agarrar los platos que tenía preparados para ellos.







- Siii... Sabes que siempre tenemos hambre por la mañana, mamá - dijo Thiago.
Los ojos de ambos niños estaban fijos en su madre mientras ella tomaba sus platos y se giraba para acompañarlos a la mesa.






Selene, inconscientemente, le dio un paso más ágil, lo que provocó que sus pechos enormes y carnosos sin sostén se tambalearan y se movieran un poco más....






Los chicos lo notaron, pues sus ojos se congelaron en las voluminosas montañas de carne que se bamboleaban y danzaban bajo la bata de seda de su madre!!
Caminó hacia la mesa y se inclinó ligeramente para colocar los platos, provocando de nuevo un ligero movimiento que se notaba a través de la bata y dejando ver un poco de escote. Y los chicos lo notaron perfectamente.






- Aquí tienen! - dijo mientras se enderezaba y se giraba hacia la nevera. - Les traeré jugo de naranja, chicos!





- Oh, Gracias mamá! - dijeron.





- Claro, bebés! - dijo mientras abría el refrigerador.
Se inclinó para coger la botella de zumo de naranja del estante inferior y se giró ligeramente para ver si sus hijos la observaban. Y, efectivamente..... sus ojos estaban bien clavados en su redondo y grande trasero, igual sus piernas, mientras estaba ligeramente inclinada.







- Joder!! - pensó, conteniendo un suspiro. - Madre mía! puede que sea cierto... De verdad lo he tenido delante todo este tiempo y no lo había visto??!! - pensó mientras llevaba el zumo al mostrador y cogía dos vasos del armario para llenarlos. - A mis hijos les va a encantar! - pensó para sí misma.








Volvió a la mesa de la cocina y dejó los vasos de jugo de naranja frente a sus hijos.
De nuevo, notó miradas rápidas de cada uno de ellos hacia sus grandes tetas ligeramente oscilantes mientras se inclinaba sobre la mesa. Se sentó frente a ellos con su café y tomó un pequeño sorbo de su taza.








Observó a sus hijos devorar el desayuno con una leve sonrisa en el rostro. Era innegable que no dejaban de echarle vistazos rápidos a sus enormes pechos, tratando de disimular el temblor que aún le recorría el cuerpo Bajó la mirada y supo de inmediato por qué.








Estaba excitadísima después de haberle hecho a su marido una mamada de primera clase esa mañana y estaba empezando a disfrutar de esta pequeña aventura de intentar pillar a sus hijos mirándola...
Sus pezones estaban duros como piedras y sobresalían prominentemente a través de la bata.







- Mierda! - pensó. - Soy una puta! oh, Mierda! Tengo que volver a mi rol de madre! - pensaba.






- Bueno, chicos. - les dijo. - Ya falta poco para que terminen la escuela y uno se gradué! Cómo se sienten para el fin de año??? - les preguntó, intentando distraerse de cualquier tema sexual.







- Sin duda, estoy deseando no volver nunca más a esa escuela.... Pero las últimas semanas podrían ser bueno. Ya hemos aprobado prácticamente todas las asignaturas!! Podemos suspender prácticamente todos los exámenes que quedan y aun así aprobar cómodamente - dijo Thiago con una risita.






- Jajaja! Sí, la verdad es que no tenemos nada más que hacer durante el resto del curso. - dijo Enzo.






- Chicos, no se desanimen!! Un par de exámenes mal, podrían bajarles bastante la nota final. Aunque ya hayan aprobado, siempre deben intentar dar lo mejor de sí..!! - les dijo. - veo que van bien en sus clases, entonces!!






- Uf, qué pesado! Qué ganas de que termine! Sobre todo esa maldita clase de matemáticas...! - explicó Thiago.







- Cuéntamelo! Esa clase ha sido una tortura igual para mi.... Me alegra mucho que solo quede un examen y el final!!! - dijo Enzo.







- Ni hablar, chicos! Sigan estudiando, practicando y esforzándose al máximo! Quiero que ambos siempre den lo mejor de sí! - dijo, aliviada al sentir que su modo madre regresaba y se apoderaba de su excitada mente y cuerpo.






Los chicos se rieron y siguieron desayunando. Selene dio otro sorbo a su café y, de nuevo, sorprendió a cada uno de los chicos lanzándole rápidas miradas, especialmente a sus pechos demasiado prominentes.





- Papá ya se fue de viaje? - preguntó Enzo.




- Sí, se fue hace unos 20 minutos! Volverá el domingo. - respondió mamá.




- Ah, entendido.




Selene era muy consciente de sus pezones grandes y duros como rocas que se asomaban a través de su bata y sintió la necesidad de salir de allí....







- Bueno, hijos, voy a ducharme y a empezar el día. - No pudo evitar recordar cómo había empezado su día arriba, en su habitación, de rodillas frente a su marido mamando su verga. - Que tengan un buen día, chicos, y sigan esforzándose al máximo, por favor! - les dijo mientras se levantaba y rodeaba la mesa. Se acercó a cada uno de sus hijos y les dio un beso en la mejilla.






- Gracias por el desayuno, mamá. Que tengas un buen día! - dijo Thiago.





- Adiós, mamá. Nos vemos!! - dijo Enzo.





Dio la vuelta a la mesa de nuevo, cogió su taza y la llevó al fregadero. Se dio cuenta de que movía las grandes caderas más de lo necesario... Parecía hacerlo automáticamente.







Tras dejar la taza en la tarja y darse la vuelta para salir de la cocina, echó un último vistazo a sus hijos desayunando...
Y, efectivamente, los sorprendió observándola atentamente antes de apartar la mirada rápidamente cuando ella los miró. como si no supieran qué decir.







El silencio que siguió fue breve, pero tan denso que casi pudo oírlo. Entonces, fingieron seguir desayunando, y ella se alejó con una sensación difícil de nombrar.







Una sonrisa se dibujó en su rostro al salir de la cocina y subir las escaleras. Le gustaba saber que sus hijos no podían evitar observarla... No podía mentirse a sí misma al respecto.








- Julian no parece tener ningún problema con eso, así que al diablo!! Voy a provocar un poco a esos chicos cachondos!! - pensó para sí misma, emocionada. - para que se les quite andar viendo a su madre....!!!






De vuelta en la cocina, los hijos no pudieron evitar hablar entre ellos sobre su hermosa y buenota madre.






- hermano, es como si cada día estuviera más guapa y sexy..!!! - dijo Enzo.






- En serio! Creo que nunca había visto sus pezones tan marcados.... Oh yeah!! Sus piernas se ven más perfectas cada vez que las veo. Es una locura!! Tenemos a la mamá más guapa del mundo! - dijo Thiago.






- Síiii, No inventes!! Solo tenemos que tener cuidado y asegurarnos de que no nos pille viéndola... No sé si podría soportar esa vergüenza. - dijo Enzo






- Sí, claro. Tenemos que ser inteligentes y no quedarnos mirándola cuando esté cerca. - dijo Thiago riendo.





Lo que no sabían es que su madre ya los estaba descubriendo.





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Selene pasó el día limpiando y organizando la casa. Hizo una compra rápida y guardó todo con algo de tiempo antes de que sus hijos volvieran del colegio. Subió las escaleras para ponerse algo más cómodo, ya que pasaría el resto del día en casa.
Abrió la puerta del armario y miró a su alrededor.







- Mmm... Qué me pongo, qué me pongo?!!! - se dijo en voz alta con una leve sonrisa bastante picara. Sabía que quería verse bien y presumir un poco ante sus chicos. Pero no quería enseñar demasiado!! Al menos no por ahora.







Al final, se decidió por unos shorts que le llegaban hasta la mitad del muslo y se ceñían a su bien formado culo, se ajustaban a cada curva.subiendo lo justo para dejar a la vista la firmeza de sus muslos.
El tejido se tensaba con cada movimiento, marcando la silueta con descaro... Era una elección peligrosa, el punto exacto entre provocación y autocontrol. Eran el punto medio entre sexy y conservador.








Para arriba, se decidió por una camiseta de tirantes rosa, también ajustada y que se ceñía a sus enormes tetotas que se pegaba a su piel como una segunda capa. El tejido marcaba con descaro la forma de su gorda teta, insinuando más de lo que cubría. pero que seguía siendo lo suficientemente conservadora y dejaba entrever apenas un poquito de escote. Un sostén era imprescindible después de enseñarles los pezones a los chicos esa mañana.
El escote era discreto pero peligroso, parecía hecho a propósito para tentar.






Bajó a la cocina y se puso a preparar la comida para sus chicos.





Justo cuando terminaba un par de sándwiches de pavo, escuchó que se abría la puerta principal y que los chicos anunciaban su entrada... Sonrió para sí, consciente de que la escena que estaba a punto de comenzar tendría más de juego que de inocencia......





CONTINÚA 






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