PARAÍSO PROHIBIDO/CAP30
CAPÍTULO 30
Sigo su orientación, sin ningún problema, pero no hace falta imaginar a nadie, el cuerpo de mamá representa todo lo que siempre he soñado, porque es a ella a quién quiero, es ese cuerpo el que me tiene muy loco....
Admirando la imagen que me devuelve el espejo, con la redondez de sus grandisimos pechos, la estrechez de su cintura, sus prominentes caderas, su sexo rasurado y totalmente abultado…
− Ahora pégate a mi cuerpo por detrás y estrecha mi cintura, pero sin que sea algo sexual... como si fuera un abrazo de amor. Imagina que es el amor de tu vidaa...!!!! - continúa ella con sus clases.
− Así?!! - Me entrego a ese abrazo y mi cuerpo se pega al suyo.
Noto su espalda contra mi pecho, mis muslos contra los suyos, su gran culo contra mi verga que no hace falta que diga que está completamente dura!!! Sigue sin costarme imaginar que ella sea ese amor anhelado.
− Así, mi vida, lo haces muy bien, que ella se sienta como una reina, una mujer muy deseada...!!! - sigue hablando ella, con una voz que me parece seductora pero yo solo veo en el espejo a la mujer que deseo por encima de todo.
El abrazo dura un buen rato, como si nada ni nadie nos obstaculizara ese instante que nos pertenece exclusivamente a los dos....!!
− Acaricia la parte exterior de los muslos, como si fuera algo muy sensible que se fuera a romper.
− Así, mamá? - le digo bajando mis manos por sus caderas hasta medio muslo con mucha suavidad.
− Muy bien… - su voz sigue siendo un susurro.
− Qué suave!
− Ves cómo lo sientes, mi vida? - me dice ella.
− Sí.
− Ahora acaricia mi cintura, suavemente, subiendo hasta la base del pecho.
Lo hago, pero no como ella parece estar indicándome ya que no es la cintura ni el pecho que tengo que imaginar, sino todo lo que más anhelo.
− Besa mi cuello con dulzura, al tiempo que tu mano acaricia la parte exterior de mis... pechos. – sigue indicándome.
Mamá parece ronronear cuando siente la calidez de mis labios posándose sobre su cuello y para colmo mis manos acarician con tanto ahínco como dedicación sus prominentes tetotas.
− Así, cariño… ahora amásalos y usa tu lengua para dibujar el contorno de mi cuello.
Estoy muy feliz y este momento no podré olvidarlo nunca!! Sigo observando a mi madre desnuda reflejada en el espejo, pero además es que estoy abrazado a ella de una manera que nunca pude imaginar, porque más que enseñarme a conquistar el cuerpo de Sandra, me está conquistando aún más con sus palabras y sus enseñanzas de madre entregada, pero a estas alturas ya no creo que solo sea una profesora, sino que está disfrutando esas enseñanzas tanto como yo.
− Sí! - suspira, al tiempo que su mano se estira hacia atrás para acariciar mi nuca.
− Voy bien?!!
− Si, cariño, no pareces un novato en esto. Me está gustando, así que Sandra quedará muy satisfecha....
− Me alegro! - respondo, aunque lo que me alegra es estar así y que además le guste tanto.
− Ahora chupa el lóbulo de mi oreja. Es una parte muy sensible en muchas mujeres.
− Así? - digo al tiempo que mis labios y mi lengua atrapan y disfrutan de la suavidad de esas orejitas.
− Síii! - contesta en suspiros cada vez más largos y sentidos.
− También es tu parte sensible?
− Sí, cariño. Ahora con la otra mano, intenta girar por mis caderas hasta llegar a mis ingles, juega allí con tus dedos, pero no toques mi sexo…
Sigo a pies juntillas esas instrucciones y me encanta pasar mi mano por la tersura de su piel y encontrar aún más suavidad en la parte interna de sus muslos y después a ambos lados de su rajita, que emana un calor extraordinario.
− Sí, mi vida, muy bien… - dice apretando su mano y mordiendo ligeramente mi otra mano que está acariciando su enorme teta izquierda.
No hay duda que mamá está caliente. Estoy convencido que no se trata de una simple clase de orientación a un principiante en el sexo, sino lo que ella está deseando por encima de todo.
En este viaje está resultando todo demasiado fuerte como para controlarse y ella tampoco puede, estoy convencido. Necesita sexo tanto como yo, pero además tiene ese hándicap que es no poder engañar a mi padre, sentirse atrayente, deseada y jugar a un juego que está en los límites de lo prohibido pero sin traspasar la frontera.
Yo tampoco quiero que esté a solas con Toni, ni que ese tipo tenga la mínima oportunidad, como esta que tengo yo ahora, disfrutando de su cuerpo y de sus palabras, no quiero que ese cerdo ponga sus manos encima de ella.
− Ahora acaricia los labios externos de mi vagina, pero no toques el clítoris, es importante no tocar esa zona todavía. - me susurra ahora.
− Por qué no puedo tocar ahí? - pregunto muy descontrolado con ganas de acariciar todo su cuerpo sin dejar nada.
− No, reserva ese momento, mi amor… primero deberás besarla, que ella desee con más ganas el momento, que casi te lo pida como un ruego.
Me salto el guión, sosteniendo con mi mano el mentón de mamá y posando mis labios sobre los suyos. Es una sensación maravillosa, pero la suavidad y el calor de sus labios es algo que casi me hace caer de espaldas.
Me agarro fuertemente a ese cuerpo, sintiendo como mi verga se clava aún más contra su culo y queda mirando hacia arriba siendo masajeada por esos glúteos tersos pero blanditos.
− De esta forma? - digo cuando separo mis labios.
− No dije que me besaras. - dice ella con sus ojos vidriosos clavados en los míos, pues aunque era solo orientativo yo fui más allá.
− No te ha gustado? - pregunto muy excitado.
No dejo que responda pues mi boca se abalanza de nuevo sobre la suya y nuestros labios entran en un contacto suave en el que me recreo.
Ella no rechaza el beso, ni hace ademán de retirarse....
Mi otra mano está sobre su pecho y noto la palpitación de su corazón que va a toda velocidad, también puedo percibir su respiración agitada, lo que me indica que está muy excitada!!! Mi lengua hace acto de presencia y empieza a notar el calor de sus labios.
Ella ha podido cerrar su boca o incluso retirar su cabeza con un sencillo giro, sin embargo también la abre y nuestras lenguas se entregan a un beso cargado de ternura, de amor, de pasión…
La mano que está en mi nuca aprieta con fuerza pues nuestras bocas están en continua fricción una contra la otra, hasta que de pronto ella se separa de mí y se gira.
− Estás bien? - le pregunto al ver que me empuja sobre mi pecho como queriendo detener todo, antes de que sea demasiado tarde.
− Sí, cariño, pero debemos dejarlo aquí. Supongo que te habrá servido como comienzo. - Los ojos de mamá bajan hasta mi verga que está apuntándola directamente y ella pasa su lengua por sus labios.... Debe estar ardiendo por dentro!!!
− Pero!! No sé seguir, mamá! – protesto con un tono infantil.
Ella se me queda mirando y sostiene mis manos con las suyas.
− No puedo llevarte de la mano en todo, hijo. Debes aprender por ti mismo. Sólo quería indicarte cómo puedes comenzar a conquistar a Sandra, aunque no te resultará difícil, ella ya está loca por tus huesos. El resto depende exclusivamente de ti!!
− Yo quiero aprender contigo… - insisto.
Vuelve a mirarme fijamente, está en un dilema del que no sabe cómo salir. Sé que por un lado quiere darlo todo, pero algo frena ese impulso.
− Qué debo hacer a continuación? - le pregunto.
− Pues no sé... lo que más te apetezca. En ese momento ella estará muy caliente, no será difícil que admita cualquier cosa....
Pienso de nuevo si lo está diciendo por ella misma porque sé que está muy caliente.
− Entonces imaginando que eres Sandra, lo que más me apetecería ahora mismo es comerte el... coño. - le digo de sopetón.
Me suena hasta raro decirlo así, con tanta contundencia. Mamá me sonríe, la cosa le ha hecho gracia, pero también le ha excitado oírlo, estoy seguro.
− Bien, no hace falta que se lo pidas. A partir de ahí juega con tu boca sobre su sexo.
− Y cómo lo hago? Qué partes tengo que chupar, besar, morder…? - digo desesperado al tiempo que mi verga balancea y se tensa por momentos.
Mamá se sienta al borde de la cama y me ordena que me arrodille y me sitúe entre sus piernas.
− Mira hijo, observa las zonas que debes ir calentando primero. Tienes que asegurarte que esa parte está preparada, verás que hay como piel de gallina sobre sus muslos, acarícialos con tus manos suavemente. También verás sus labios inflamados.
− Cómo los tuyos?
− Si....
Mi mano acaricia sus muslos por la parte interna, desde la rodilla hasta llegar a sus ingles, allí está su sexo abierto, sus labios inflamados y su rajita húmeda.
− No chupes directamente aquí. - añade mamá pasando su dedo índice por toda esa largura. - Primero besa las ingles, luego, los labios externos y…
No la dejo continuar, mi boca se va a ese punto de encuentro y primero besa la unión de sus muslos con esa parte prohibida....
El olor de su sexo es embriagador y mi lengua capta la humedad que se impregna en toda la zona!!!
− Noo, para! - me dice agarrando mi pelo y retirando mi cabeza de su sexo.
− Lo hago mal?
− No, hijo mío, lo haces muy bien, pero... Detente, por Dios!!!!
− Pero por qué?!!
− Esto no puede ser, cariño, soy tu madreeee...
− Ahora eres Sandra, recuerdas?!!
Mi lengua vuelve al ataque en esa parte y chupa sus ingles y percibe la blandura de sus labios externos, paso ligeramente mi lengua por esa rajita y por fin descubro el sabor de lo que allí emana. Vuelve a tirar de mi pelo para retirarme la cabeza de su entrepierna.
− MMMGHH!!! Para hijo, por favor... - dice casi en un jadeo.
− Hazte a la idea de que no soy tu hijo. Imagina que soy Toni. - le explico, imitándola.
Acto seguido me adentro en esa raja y me agarro a sus caderas para que no vuelva a retirar mi cabeza de tan sagrado lugar.
Mi lengua y mis labios no dejan un centímetro sin catar...!! sin chupar, sin lamer, disfrutando por primera vez de las mieles que brotan de su sexo... Ese sabor se impregna en mi lengua y en mi paladar que lo degusta como si fuera el mejor de los manjares....
CONTINÚA



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