PARAÍSO PROHIBIDO/CAP31
CAPITULO 31
Continúo con mi entrega a chupar y lamer su rajita.... sonrosada de mamá y por sus jadeos confirmo que no lo estoy haciendo tan mal.
La mano que antes ella apretaba contra mi pelo y agarrada a un mechón tiraba para separar mi cabeza de entre sus piernas, ahora la aprieta pero al revés, haciendo que mi cabeza se adentre aún más contra su sexo y permita incluso que mi lengua penetre en su coño y disfrute de la suavidad de su interior.
Creo que no hay nada más rico en el mundo...
Mamá se tumba, abre más sus piernas y se deja llevar por mis chupeteos continuos mientras mis manos avanzan por su vientre, su ombligo hasta masajear sus enormes tetas.
En ese momento cierra sus muslos y atrapa mi cara entre ellos....!!! Se corre entre gritos.... y jadeos sin dejar de agarrarse con fuerza a mi pelo!!!! hasta casi tirar de él, sin poder controlar esos espasmos que da su cuerpo cuando mi lengua está en contacto con su sexo....!!
Noto dentro de mi boca cómo ríos de un sabor entre salado y dulce se impregnan en su interior, me encanta sentirlo así y nunca hubiera imaginado esa sensación. Puede haber un sabor más extraordinario?
− Lo hice bien? - pregunto poniéndome en pie observando su cuerpo desnudo jadeante tirado sobre la cama aún.
Ella tarda un rato en reponerse y al fin se reincorpora quedando sentada al borde de la cama con sus piernas totalmente temblorosas.
− Muy bien, hijo...!!!
− En serio?!
− Nunca había sentido nada igual. - me dice.
− Me alegro. Entonces Sandra, quedará contenta.
− Sí, mi amor. - dice acariciando mi mano en señal de agradecimiento.
− Ahora es cuando ella me la chupa. - digo de pronto envalentonado y con cierta chulería.
− Sí, claro. - contesta ella.
Mi verga queda a pocos centímetros de su cara... Ella permanece ahí abajo sentada esperando que alguien le diga que es una mala madre, que debe detenerse, que todo es pecado, que es inmoral… o quizás otra voz que le diga que continúe lo que está empezado y se meta ese trozo de carne palpitante en la boca.
− A qué esperas, Sandra? - digo jugando a ese intercambio de roles con el que empezó toda esta historia.
− No voy a chupártela, Víctor. - dice seria.
− No te gustaría? - digo a modo de reto.
− No es eso. Eres mi hijo!!!
− No, ahora no lo soy! - digo agarrando la base de mi verga y haciendo que mi capullo aparezca y desaparezca ante sus ojos.
− Hijo… mejor no sigamos con este juego...
− Tú imagina que soy Toni.
− No puede ser, cariño, de verdad, no puedo chupártela.
− Pero, por favor, te lo suplico!!
− Sabes que no puede ser.
− Creo que me lo debes. - digo y me suena a chantaje total.
Ella se queda mirando mi miembro durante unos segundos y aunque no sé lo que pasa por su mente, por su mirada y por cómo se pasa la lengua por su labio superior, sé que está muy caliente como para detenerse ahí. Creo que lo está deseando tanto como yo.
− Hagamos un trato. - dice al fin.
Retira mi mano de mi verga y la cambia por la suya.
− Qué tipo de trato? - pregunto intrigado y dejándome llevar por esos dedos que se aferran a mi tronco y que lentamente empiezan a mecer mi polla en una paja muy lenta.
− Yo te la chupo dos minutos.
− Sí! - contesto eufórico.
− Pero si me prometes no correrte.
− Mamá, eso va a ser complicado. Estoy a punto de reventar!!
− Entonces nada. - me dice con su sonrisa burlona pero sin dejar de pajearme. Es un reto complicado y más todavía cuando ella no se detiene.
− De acuerdo, intentaré aguantar. - respondo.
− Tienes que estar seguro!!
− No sé, no creo que pueda, por qué no puedo correrme?
− Debes guardar esa leche para la boquita de Sandra. Yo empiezo y cuando veas que estás a punto me avisas y paro. Es importante que aguantes.
− Pero mamá… Por qué?!
− Hijo, esto es muy difícil. No sé ni cómo hemos llegado hasta aquí, pero no puedo chupártela, comprendes? si lo hago es por enseñarte, por decirte todo lo que debes hacer con esa chica. Yo quiero ayudarte, mi amor, pero no me lo pongas más difícil.
− Ya sé que lo haces para ayudarme, pero no puedo prometer nada.
− Hijo, si te corres, para mí será algo muy grave. Ya lo está siendo ahora, pero si no consigues aguantar, me sentiré mal, me convertiré en algo que no quiero... Lo podrás controlar?
− Ufff…!! - es mi suspiro el que intenta responder.
− Además, piensa en reservarlo para Sandra, le gustará que te corras abundantemente. - añade sin dejar de mover su mano contra mi enhiesto falo.
No sé si es una tortura o el mejor de los placeres, pero no puedo negarme a lo que me pida, sobre todo si pone esa carita de niña buena, esa dulce sonrisa y me está pajeando tan suavemente.
Además, en el peor de los casos no pierdo nada, si me corro, será lo mejor que me haya podido pasar jamás, aunque deje de hablarme por un buen tiempo y no me mire a la cara avergonzada. Prefiero no preguntar qué pasaría si no puedo controlarme.
− Acepto. - digo al fin.
Sé que para ella es un juego y creo que disfruta con ello. Yo sé, en cambio, que no voy a poder controlarme. Nunca me han chupado la verga, pero con sólo imaginarlo ya estoy a punto de caramelo, más si esa boca es la de mi madre.
La apuesta es a perder, aunque será la mejor que haya perdido jamás.
Su cabeza se acerca y tras jugar con su otra mano con mis huevos da una lamida a mi glande con su lengua y luego se separa para observarme.
− Dios! - digo tensando mis piernas y abriéndose para no caerme.
− Aguantas?!!! - me pregunta pajeándome lentamente con una mano mientras que su lengua juega a dar lametazos a mi glande.
− Sí, sigue, por favor… - respondo jadeante.
− Espero que Sandra sepa hacer bien su trabajo, tú deberás aguantar al máximo. No sé si lo hará como yo, pero tú imagina que es lo mejor que te pueda pasar en tu vida. A ella le gustará que tú sientas eso.
Acaso no es así? Si hay un momento mágico en mi vida, ese que se quedará grabado mientras viva es el que estoy sintiendo cuando la boca de mamá juega con mi verga, la chupa, la lame, la besa...
− También es importante que eso dure lo máximo, para que ella se vuelque y ponga toda su atención en tu verga, entiendes? - me pregunta y a continuación su lengua dibuja un río de saliva desde la punta hasta los huevos.
− Síii…
− Ahora, ella debería metérsela en la boca y succionar. De verdad podrás aguantar, mi amor?
− Síii, por favor, hazlo - le pido desesperado.
La boca de mamá se abre más y sin dejar de mirarme atrapa entre sus labios todo mi glande poniendo su lengua por debajo.
No sé si la sensación es la que esperaba, porque creo que el gusto es el mayor que he percibido nunca y por un momento siento cierto mareo, sobre todo cuando esa deliciosa boca avanza y avanza haciendo desaparecer mi polla hasta la mitad y después regresa el camino andado para irla sacando con la misma lentitud.
Los ojos de mamá descubren los míos viendo esa operación con la que tantas veces había fantaseado en mis pajas a escondidas.
Ahora es cierto, los labios de mamá, más tensos que nunca... abarcan mi verga erecta y hacen un sube y baja más que increíble...!! Cierro los ojos y todo mi cuerpo tiembla. De pronto ella la saca de su boca y la sujeta por la base apretando fuerte.
− Me prometiste no correrte. - añade ella recordando nuestro absurdo trato.
− Es muy difícil, mamá! - protesto, sabiendo que con cuatro vaivenes más me correré como nunca contra su boca.
− Tienes que intentar aguantar. Hazlo por mamá....
No sé si esas palabras me ayudan o me excitan aún más. Pero le indico que siga, agarrando su cabeza y llevándola hasta la punta de mi miembro.
Sonríe y a continuación se vuelve a meter una buena porción de mi verga. Sus labios se tensan de nuevo y sus ojos brillan por el esfuerzo de atraparla... Ha pasado de la mitad, creo que casi está entera dentro, apenas faltan unos milímetros cuando… de pronto se oye un ruido que deja a mamá con mi miembro insertado en su boca. El sonido proviene de la terraza.
− Hola, vecinos?!! - es la inconfundible voz de Sandra la que nos detiene.
Mamá, saca mi verga de su boca, haciendo un ruido de succión y al tenerme agarrado con su mano y todo el susto que acabamos de llevarnos, hace que yo pierda el equilibrio y caiga encima de ella sobre la cama.
− Hola....?, Laura....? Víctor...?! Estáis ahí...?!! - insiste la voz de Sandra desde su terraza.
Estoy sobre mamá, en la cama, tiene sus ojos muy abiertos frente a los míos!!! Puedo notar el calor de boca sobre mis labios a muy poca distancia y lo más asombroso!!! Mi verga totalmente tiesa descansa apoyada justamente contra la entrada de su coño...!!!
CONTINÚA



Comentarios
Publicar un comentario